Cuanto dinero invertido en este lugar de hormigón y desazón, una obra faraónica que no puede confundir tamaña inversión con el interés común. Entre otras cosas, porque el conjunto con su estéril plaza no es un lugar común sino más bien un “no lugar” como dice nuestra compañera Ana Ávila de la asociación Ben Baso. En su artículo, “La era de la fealdad” el escritor Antonio Muñoz Molina hace un repaso de la situación de estupidez colectiva y dispendio económico que ha estado destrozando muchos paisajes urbanos y naturales de la maltratada geografía española. El citado y afamado autor literario, con gran sensibilidad, indica que los orgullos colectivos han propiciado que se anatemice a las voces críticas que se oponen a las obras desproporcionadas e inapropiadas. Nunca se agotarán las críticas para este insulso y depredador dispendio para mayor gloria del autor arquitecto. Este gigantismo, amparado por el estado autonómico y municipal, está impulsado por motivos muy diversos que llegan a concurrir en un batiburrillo particular, un cemento que amalgama todos las motivaciones y las expectativas de muchos. Los buenos sentimientos idealistas y las buenas intenciones también están en el conjunto pero realmente se acomodaron a la realidad Siza, pues enfrentarse a la fama del personaje era solo tarea de personas especiales, quizá alejados de los túneles políticos donde todos vuelan en una misma dirección y nadie puede ir a contracorriente. Nosotros, por el contrario, tenemos la obligación de criticar y promover el pensamiento discordante cuando nos parezca que merece la pena el esfuerzo. Bien saben los actuales políticos en ejercicio que a pesar de nuestros numerosos defectos y deficiencias siempre intentamos ser de utilidad a nuestro pueblo, dejando de lado los intereses particulares. Por supuesto que también nos agrada reconocer que contamos con el apoyo de consejerías, técnicos y responsables políticos para realizar nuestra labor y que tenemos que buscar los puntos de encuentro y las ideas que nos unen. Sin embargo, como ya hemos comentado en tantas otras ocasiones este asunto de la Manzana del Revellín es un lastre tan grande para las arcas de la ciudad que merece una crítica tan amplia como la que sepamos realizar. En uno de nuestros artículos de opinión al respecto dejamos claro que, después del “sizazo”, este gobierno (aunque bien legitimado en las urnas) no tenía fuerza moral para justificar la falta de inversión en proyectos necesarios y que han estado demasiado tiempo olvidados. Nuestra viñeta, graciosamente mordaz pero no hiriente, muestra a un presidente vestido de marinero y citando su famosa cantinela mientras nuestras voces le indican algunas de las cuestiones que no está atendiendo convenientemente o incluso que tiene olvidadas completamente. Por supuesto, los problemas socioeconómicos presionan a los políticos en ejercicio y nuestra asociación no duda de las buenas intenciones del actual equipo del gobierno ceutí, pero la sostenibilidad y el medioambiente no pueden cargar con la deuda originada por el descomunal desembolso de dinero público que ha ocasionado la obra de marras. Por ejemplo, el Museo del Mar lleva un lustro preparando colecciones, con el apoyo de la Autoridad Portuaria, de la Ciudad Autónoma y de la Delegación del Gobierno, desarrollando investigaciones marinas propias y con reputadas instituciones, dirigiendo proyectos de investigación y divulgación financiados desde fuera de nuestra ciudad, educando escolares con fondos de la Ciudad Autónoma, publicando artículos científicos y libros divulgativos y ya, por último, desarrollando el equipo humano básico que necesitan. Es, por tanto, el momento para abrir el Museo del Mar al público en general para que todos los ceutíes y los visitantes disfruten del patrimonio natural y cultural marino ceutí. Sin embargo, Siza se lo lleva calentito y Ceuta marinera, pequeña y bonita está a la espera de tener un modesto museo abierto al público. Los aspectos académicos y científicos se están híper desarrollando produciendo el consabido desequilibrio y alejamiento de la sociedad. La apertura al público revertiría la inversión realizada y conciliaría los aspectos sociales con los económicos. Obtener rendimiento económico es otra de las prioridades para una ciudad tan necesitada de recursos propios, por modestos que sean los ingresos. La clase media marroquí, que visita Ceuta, y los cruceristas cuyos buques atracan en nuestro puerto, serían, junto con la población Caballa, los potenciales visitantes y, en este sentido, las cuotas por las entradas y las ventas de merchandaising y de materiales divulgativos del museo del mar deberían suponer una ayuda para el mantenimiento económico del Museo. La Delegación del Gobierno, la Ciudad y la Autoridad Portuaria tienen que ponerse de acuerdo para poner los medios necesarios que propicien la apertura del espacio dedicado a la cultura marítima, marina y marinera. La cantidad anual que se solicita es muy módica y, según la filosofía de la propia institución museística, servirá para sufragar modestos ingresos al estilo de “Mini Jobs”, tan reclamados por cierto por la confederación nacional de empresarios de nuestro país. Por citar otros proyectos abandonados, acaso por las consecuencias de la Manzana del Revellín, que están relacionados con el medioambiente, podemos indicar, como no, la necesaria reforestación de nuestros montes y su gestión, poner en marcha el plan de residuos, rematar convenientemente el acondicionamiento de la red de saneamiento, atender el grave problema del tráfico y la movilidad, poner decididamente en marcha los objetivos de la Agenda 21, proteger nuestros últimos recursos territoriales y en particular el Monte Hacho, etc. Todo lo comentado nos revela que, posiblemente y a pesar de todo el enorme dispendio económico invertido en “el no lugar” o también bunker de Siza, nada va a variar la política de prioridades de nuestro equipo de gobierno ceutí. ¿Podrá el Ministro Montoro hacer algo al respecto? puesto que ya debe conocer este problema provocado por la administración de Ceuta. Buscará responsabilidades en los gestores de tamaña infracción contra el patrimonio económico de todos o bien dará carpetazo y con dos palmaditas en la espalda de nuestro dilecto presidente y unas migajas (puesto que para lo que deben otras Comunidades Autónomas lo de Ceuta es una miseria) dinerarias terminará con el problema de los desastres económicos por el momento.
Un mensaje que debe llegarles muy nítido a nuestros responsables políticos, es que con la inversión desmesurada e incomprensible que han efectuado en la famosa Manzana del Revellín, su cicatería en materia ambiental y cultural debe y tiene que ser respondida con críticas que muy difícilmente se podrán moderar al tiempo que se continúan olvidando tantas cuestiones necesarias para nuestro avance como sociedad. Sin embargo, allí en pleno centro de Ceuta se yerguen orgullosas, beligerantes, molestas, advenedizas, inapropiadas, descontextualizadas y sobre todo insostenibles ahora y en el futuro para las arcas ceutíes, las moles de la estupidez y la estulticia en la inversión pública.
Quiero expresar mi más profundo agradecimiento a mis vecinos y a todas las personas que,…
La magistrada titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Ceuta ha condenado al…
El Boletín Oficial del Estado (BOE) ha publicado en su edición de este sábado la…
El Boletín Oficial del Estado (BOE) ha publicado este sábado 28 de diciembre el nuevo…
La Consejería de Sanidad y Servicios Sociales del Gobierno de Ceuta dará continuidad al servicio…
La Consejería de Sanidad y Servicios Sociales de Ceuta, a través del Centro Asesor de…