No hay noche, no hay madrugada en la que la Policía Portuaria se tope con parejas o grupos reducidos de inmigrantes que, enfundados en trajes de neopreno, intentan alcanzar los barcos. Anoche interceptaron a cuatro con los trajes colocados, sus aletas y hasta una escalera con la que trepar al ferry que habían preparado de forma artesanal. Les requisaron el material para frustrar su objetivo. A otros ya los detectan cuando están en el mar, llevando a cabo rescates más o menos arriesgados. Hay a los que sorprenden dentro del ferry, en las bodegas o huecos tras colarse por debajo del cantil. Los hay que nunca aparecen, o, peor aún, se encuentran sus restos como ocurrió con el joven Khalid, argelino del CETI que murió ahogado en su intento por cruzar a la península de esta forma.
La técnica no es nueva, sí lo es la presión registrada en los últimos días. Tal es así que el pasado lunes se localizaron hasta a 22 varones, todos magrebíes, con neopreno. No hay noche en la que no se localice a más compatriotas. Lo único que puede hacerse es interceptarlos, quitarles trajes y dejarlos en libertad porque al ser residentes en el centro de estancia temporal y argelinos son inexpulsables hasta que se tramite su solicitud de asilo.
Los agentes de la Policía Portuaria saben que cada noche se van a topar con servicios de nadadores, servicios que son siempre complicados porque no se sabe cómo van a terminar. Con servicios de los que alguien se lucra, porque a todos extraña la cantidad de trajes a los que tienen acceso, sospechándose la venta de equipos por parte de otras personas que los roban. Todos los que se intervienen quedan decomisados para evitar su uso posterior. No hay noche en la que no se practique, habiendo franjas horarias específicas en la que la presión es muchísimo mayor.
¿Y qué dicen sus protagonistas? Explican que es la única vía que tienen para abandonar rápido la ciudad, porque si no su estancia queda dilatada en el tiempo permaneciendo meses y meses a la espera de obtener el pase. Muchos optan por no residir en el CETI sino pasar todas las noches en el puerto buscando la forma idónea de colarse en alguno de los barcos. Algunos, aun con traje puesto, intentan primero subirse a los techos de la estación marítima para de ahí pasar a los ferry. La noche del miércoles la Policía Portuaria localizó a cuatro.
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