El Ministerio de Educación y Formación Profesional (MEYFP) no quiere perder el tiempo para empezar a paliar el “histórico” déficit de infraestructuras escolares que desde los tiempos de Felipe González soporta la ciudad, pese a su notable crecimiento demográfico, tanto en los niveles de Infantil y Primaria (el último colegio de nueva construcción inaugurado fue el CEIP García Lorca, techado con amianto que ahora se está retirando) como en Secundaria pese a la incorporación del IES Clara Campoamor. Tras años dando una y mil vueltas a los mismos proyectos que han cambiado infinidad de veces de posible ubicación con el único resultado concreto de la rehabilitación como CEIP tanto de la vieja Facultad de El Morro como de la antigua Biblioteca Municipal, saturando de colegios esa parte de la ciudad mientras otras se asfixian, el equipo que en la Dirección Provincial lidera Javier Martínez quiere pasar de las palabras a los hechos con rapidez. Tras su primera reunión con la Ciudad, esta semana, el director provincial tendrá la oportunidad de tratar con el secretario de Estado, Alejandro Tiana, el próximo jueves un plan concreto para levantar tres nuevos centros. El proyecto del Brull, lastrado por la incapacidad del Gobierno ceutí para aprobar el nuevo PGOU y recalificar el suelo comprado a Defensa, exigirá un acuerdo extraordinario del Consejo de Ministros para poder empezar a trabajar, con financiación europea, en lo que el Ministerio quiere que sea un Centro de Enseñanzas Obligatorias (CEO), un inmueble en el que el alumnado que entre en Infantil pueda cursar Primaria y Secundaria e incluso algún estudio postobligatorio de Bachillerato. El modelo será algo parecido a lo que, a muy corto plazo, será también una realidad en El Morro, donde al nuevo CEIP Maestro José Acosta ubicado en la vieja Facultad rehabilitada se sumarán las aulas de Secundaria y Bachillerato del IES Puertas del Campo en el antiguo colegio que actualmente se está reacondicionando (las obras concluirán, si nada se tuerce, para Navidad), configurando casi un solo inmueble en el que los estudiantes podrán enlazar todas las etapas formativas de su vida académica preuniversitaria. Más allá del proyecto del Brull, que lleva casi dos años esperando el reseñado cambio de calificación urbanística requerido por el Estado hasta el punto de poner en peligro la financiación con Fondos FEDER del periodo 2014-2020, la Dirección Provincial quiere recuperar dos proyectos que han sido planteados y aparcados durante los últimos años. El Ministerio ha constatado con los técnicos municipales que la parcela ofrecida por la Ciudad en Loma Colmenar sigue libre y disponible y, por tanto, impulsará la construcción de un colegio en esa zona de clara expansión de Ceuta. Además, dado que las obras de la N-352 no afectarán finalmente al gimnasio del CEIP Príncipe Felipe, “abandonado” desde hace tiempo, la Administración competente quiere que se acondicione y dé vida a ese espacio del centro situado más cerca de la frontera.
Acuartelamiento Fiscer
En la periferia también se quiere retomar un proyecto calibrado y descartado hace cinco años en los terrenos militares del acuartelamiento Fiscer, en Parques de Ceuta, donde la Ciudad Autónoma ha barajado de todo, hasta poner el Recinto Ferial, según ha recogido en los distintos borradores del nuevo PGOU. El Ministerio está interesado, si pudiese llegar a disponer de suelo, en apostar por la construcción de un IES en esa zona que permitiese liberar el ‘Almina’ y convertirlo en el Centro Integrado de Formación Profesional que Ceuta no tiene. En la zona centro la Ciudad y la Dirección Provincial también han explorado la posibilidad de que la Administración local ceda suelo anexo al CEIP Andrés Manjón y el Ministerio se haga cargo de la construcción de un inmueble que permita desahogar los espacios disponibles, donde el Claustro ha tenido que renunciar hasta a la Sala de Profesores para poder acondicionar más aulas en los peores de mayor saturación de las ratios.