El Ministerio Fiscal pedirá 20 años de prisión para Marvin J.G., asesino confeso de la joven Ikram Chaib, que murió estrangulada en julio de 2009 en el interior de su vivienda, ubicada en la calle Valle Soldado de Almazán. Los hechos se han calificado como asesinato y serán juzgados por un jurado popular, tal y como han confirmado fuentes judiciales. Sólo queda que se señale la apertura del juicio, que tendría lugar en la Sección VI de la Audiencia Provincial. La misma que se encargará de juzgar otro de los últimos crímenes ocurridos en la ciudad: el del padrastro de un menor residente en San Amaro que murió tras las heridas recibidas por arma blanca.
Con la calificación ya conocida del Ministerio Fiscal se da un paso decisivo para la pronta celebración de una vista judicial esperada por la familia de Ikram, que temía una ralentización dado dado el bloqueo existente en el juzgado número 4, que ha instruido el caso, debido a la acumulación de asuntos relacionados con la violencia de género.
En su acusación el Ministerio Fiscal tiene clara la vinculación de las acciones que llevó a cabo el detenido con un delito de asesinato. La investigación policial que se hizo al respecto, sumada a las conclusiones emanadas del informe elaborado por los médicos forenses tras la realización de la autopsia, no dejan lugar a dudas de la superioridad que siempre existió entre el autor del crimen y su víctima. Marvin atacó a su pareja, con la que tenía una niña de 3 años en común, por la espalda, después de haberla golpeado en varias ocasiones. Para estrangularla hizo uso de un cable, sin que su víctima pudiera defenderse. Hubo en todo momento un ensañamiento del acusado con su víctima, con el objetivo de acabar con su vida. Es por ello que se entiende que la acción criminal de Marvin se encuadra en un delito de asesinato, por el que el Ministerio Fiscal solicitará la pena mayor, 20 años de cárcel.
El hecho de que la muerte de Ikram sea calificada como asesinato refleja la existencia de una mayor intensidad del propósito criminal que en el homicidio, por los medios perjudiciales utilizados de un modo especial o por la inconfundible malicia y peligrosidad que se revela.
Esto es algo que no ha pasado por alto el Ministerio Fiscal al existir una clara intencionalidad del agresor en acabar con la vida de su víctima.
La acusación del Fiscal se suma a la de la defensa de la familia de Ikram, que además de solicitar la pena máxima para quien era la pareja de esta joven, siempre ha mantenido que en el crimen tuvo que haber una colaboración, llegando incluso a barajar la posibilidad de que la acción hubiera estado premeditada.
Estos detalles nunca pudieron ser aclarados por la Policía Nacional, en la investigación que llevó a cabo la UDYCO. La familia trasladó a este medio sus sospechas, manteniendo que en el crimen alguien tuvo que colaborar o, al menos, saber que se había llevado a cabo evitando prestar colaboración. La Policía conoció lo ocurrido tras recibirse una llamada de un familiar de Marvin a quien éste había informado por teléfono de lo que había hecho. Marvin tuvo que ser trasladado a la comisaría bajo protección policial para evitar ser linchado y en su traslado intentó quitarse la vida, por lo que tuvo que ser atendido en el hospital civil.
El detenido, que permanece preso en una cárcel de la península, tenía antecedentes por violencia de género cometidos en otra ciudad contra quien había sido su primera pareja. Cuatro meses antes del crimen había sido condenado por un delito de conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas. Una historia sin denuncias previas Horas antes de que fuera asesinada, Ikram permanecía en la vivienda de su madre, junto a su hija Nora y la de su pareja. A las 7.30 horas recibió un mensaje al móvil remitido por Marvin, lo que hizo que la joven abandonara la vivienda materna para acudir a la casa del matrimonio. Entre ambos no existían denuncias previas pero sí una clara intención de separarse. Ikram ya no regresó. Según el informe de los forenses, el crimen se tuvo que cometer entre las ocho de la mañana y las diez, pero el cuerpo no fue encontrado hasta primera hora de la tarde, cuando la Policía tuvo conocimiento del crimen por la llamada de un hermano de Marvin, que había sido advertido de los hechos. Abdelmalik Chaib, padre de la joven, siempre ha mantenido que alguien ayudó a Marvin. En la vivienda de la pareja encontró unas fotos y unas grabaciones realizadas a finales del mes de abril de 2009 durante un viaje por Marruecos que ambos realizaron acompañados por unos amigos. En una de esas imágenes se puede ver a Marvin, asesino confeso de la joven, agarrando del cuello a Ikram. En la casa se encontraron más de dos botellas de alcohol vacías y, desde su punto de vista, “él sólo no habría podido beber tanto. Además, a él le gustaba hablar, estar acompañado”. Nunca se ha localizado a colaborador alguno. Justicia para la tercera víctima mortal de esta violencia Ikram pasó a convertirse en la tercera víctima mortal de la violencia de género en Ceuta. Antes que ella murieron María Victoria Cózar, en 2003, a manos de su ex pareja en Juan Carlos I y ante la presencia de su hijo, de 17 años. Antes, en 1982, en la barriada de Varela moría María del Carmen García, a manos de su esposo, convertida en la primera víctima de esta lacra. En la imagen la madre de Ikram, Latifa, con el retrato de la fallecida. Mayor atención y más denuncias El Consejo de Ministros ha aprobado un acuerdo por el que se formalizan, para este año, los criterios de reparto del fondo estatal entre las Comunidades Autónomas y las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla para el desarrollo de programas de asistencia social integral a víctimas de violencia de género. Ceuta dispondrá en total de 64.167 euros, de los que 58.823 se destinarán a la asistencia integral de mujeres que hayan sufrido malos tratos y el resto para la asistencia a menores expuestos a entornos de violencia doméstica.
Este fondo, dotado con cinco millones de euros, contempla este año por primera vez una partida específica de 1,5 millones de euros para la atención especializada con menores que viven expuestos a entornos de violencia de género. La distribución fue hecha pública entre las Comunidades Autónomas y las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla en la IV Conferencia Sectorial de Igualdad celebrada el pasado 26 de abril.
Esta es la parte política de una historia, la relacionada con la violencia de género, en la que cada vez hay mayor número de denuncias que afectan a mujeres cada vez más jóvenes. Ceuta está a la cabeza en este tipo de denuncias aunque también destaca por la gran cantidad de casos que se pierden en el camino y no terminan en condena ya que las partes implicadas terminan, o retirando la denuncia, o negándose a declarar el día del juicio oral.
En el caso de Ikram nunca había presentado denuncia, ni tampoco se había servido de los medios y vías dispuestos por el Centro Asesor de la Mujer para atender a las víctimas. Su familia no había sido informada de esos malos tratos.