Los auxiliares forestales harán un cortafuego en la carretera de García Aldave antes de entrar en vigilancia.
Aunque parezca contradictorio, el agua llama al fuego. El crecimiento del volumen de vegetación debido a la abundancia de lluvias de finales de otoño e invierno es un factor de peligro añadido para la temporada estival de este año: “Si el volumen normal es de 100, ahora podemos estar en 120 ó130, este es el único motivo de mayor peligrosidad para este año”, explicó el coordinador de los auxiliares forestales, Carmelo Navarro.
La brigada pasa el próximo 1 de junio a realizar labores de vigilancia hasta la celebración del Día de la Mochila el 1 de octubre. Durante el resto del año han estado realizando labores preventivas: “Hemos añadido un par de metros de amplitud a la pista de la Lastra, que será un importante cortafuego en García Aldave y facilitará el acceso de los bomberos”. Además han desbrozado otra vía que circunvala el Monte Hacho y tienen proyectado dejar un margen en toda la carretera de García Aldave: “Buena parte de los incendios forestales se producen por arrojar algún objeto desde el coche, sobre todo colillas, y este último trabajo será importante para la prevención”.
Navarro espera que este año sea similar a las últimas temporadas, en las que el mayor incendio fue el de San Amaro de 2008 en el que calcinaron unas tres hectáreas.