La restauración de la pintura se producirá en los próximos seis meses y contará con los fondos del Servicio Público de Empleo Estatal y la Consejería de Economía
Se veía venir. Por el tono de la petición pública expresada por el deán de la Catedral en la tarde de la presentación de la restauración del tríptico eucarístico, se adivinó que algo se estaba moviendo entre bastidores. Aquel día, con las autoridades de la Ciudad y del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) presentes, entidades a la postre implicadas en la reforma pictórica, José Manuel González, el deán, insertó en su discurso el deseo expreso de que se acometiera la restauración de otros fondos pictóricos del templo, incluido el cuadro ‘El martirio de San Daniel’. Y así ha sido, comenzando con la pintura del patrón de Ceuta.
El jefe de Negociado de la Viceconsejería de Empleo, Juan Carlos Lara, confirmó lo que era un rumor en voz alta entre los mentideros artísticos de la ciudad: la restauración de la pintura catedralicia contará con unos 7.000 euros y la colaboración de la empresa municipal Obimace, que proporcionará diversos útiles logísticos. “El proceso de restauración se realizará en vertical, por lo que harán falta andamios y otras estructuras”, informó Lara.
A estos casi 7.000 euros procedentes de la Ciudad se sumarán los 98.000 euros aportados por el SEPE, cuyo director, Carlos Torrado, señaló que “serán utilizados para abonar los salarios y las cotizaciones de los cinco auxiliares de Restauración que acompañarán en el proceso de reforma al director”. Con la restauración del cuadro, las asistentas estarían completando la parte de experiencia del Taller de Empleo que se desarrolló, en su parte teórica, entre los años 2008 y 2009.
De este modo, los ciudadanos ceutíes podrán aprovecharse de este nuevo convenio entre la Consejería de Economía y Empleo y el SEPE para ver restaurado otra muestra de “alto valor” del patrimonio local. “Se trata de una de las obras pictóricas más importantes de la Catedral”, indicó Jesús Pérez Rivera, director del equipo de restauración. Para Pérez Rivera, las importancia de ‘El martirio de San Daniel’ estriba en “su calidad artística, su iconografía, el gran formato y, naturalmente, por ser el cuadro del patrón de la ciudad”, dijo el experto. Pintado en 1739 por Tomás Pereda y Torres, presbítero de Cádiz y allegado del obispo local Tomás de Agüero, el cuadro en cuestión, pintado expresamente para Ceuta, narra el martirio de San Daniel y sus compañeros. Aunque en un estado de alto deterioro, en el lienzo puede apreciarse la firma del autor en su parte inferior.
La revelación y los detalles desde el silencio del templo
Dos días atrás, Jesús Pérez Rivera, restaurador, era el único alma respirando en la catedral. Solo, en la inmensidad del templo, Pérez Rivera se afanaba en ese trabajo silencioso del científico. La quietud del momento sumaba majestuosidad a ese cuadro sobrevenido: el experto escrutaba la imagen digitalizada de una fotografía recién tomada de ‘El martirio de San Daniel’. Ajeno a lo que sucedía a su alrededor, probablemente también al paso del tiempo, Pérez Rivera observaba la claridad y la nitidez que le proporcionaba la sobreexposición a la que fue sometida la foto de la pintura. “Mira”, decía entusiasmado, “ahora pueden verse los detalles. Intento ver si hay algún motivo que represente a Ceuta de un modo diáfano”. En ese momento, Pérez Rivera aún no conocía la aprobación de la restauración, al menos eso aseguraba. Pero la curiosidad podía con él. El martirio era cosa ajena. En la Catedral reinaba el estudio.