Días después del rocambolesco episodio protagonizado por un mando de la Policía Nacional que fue detenido en estado de embriaguez,
de servicio y con uniforme, tras protagonizar un accidente de tráfico, el juzgado de instrucción número 4 ya ha dictado la sanción económica derivada de esta acción.
En la mañana de ayer y asistido por su abogado, el jefe policial, identificado como J.L.G.L., se presentó ante el juez para asistir a un juicio rápido en el que además de reconocer los hechos aceptó la sanción impuesta. No le quedaba otra, ya que tras las pruebas realizadas la madrugada de su detención (tanto con el alcoholímetro por parte de la Policía Local, como con análisis de sangre que al parecer él mismo habría pedido) quedó en evidencia la gran cantidad de alcohol en sangre que tenía (0.90 fue el resultado obtenido).
Se alcanzó un acuerdo entre las partes que se traduce en una multa no superior a los 1.800 euros, sanción que se deriva de la condena aceptada por su participación en un delito contra la seguridad vial previsto en el artículo 379 del Código Penal además de una falta de respeto y consideración a los agentes de autoridad prevista en el artículo 634 del Código Penal, ya que en el momento de su detención faltó al respeto de los agentes que le detuvieron. Por el delito, la pena es de 4 meses de multa a razón de una cuota diaria con responsabilidad personal subsidiaria de un día de privación de libertad por cada dos cuotas diarias no satisfechas y privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo de 8 meses y un día. Por la falta se fija una pena de 10 días de multa a razón de una cuota diaria con responsabilidad personal subsidiaria de un día de privación de libertad por cada dos cuotas de multa no satisfechas y costas. El condenado aceptó los hechos ante el juez mostrando su arrepentimiento por lo ocurrido y recalcando que se encontraba mal. Al no haber existido acuerdo sobre la responsabilidad civil, se tendrá que celebrar una vista judicial señalada para octubre pero sólo para determinar quién paga los daños ocasionados (rompió un bolardo y una farola), si lo hace el acusado, el seguro o ambos.
Ahora queda el régimen interno
Al margen de la pena aceptada por el este mando policial, que tenía encomendada el control y coordinación de los servicios de noche en la Jefatura, queda por conocer la sanción disciplinaria interna. Fuentes de la Policía Nacional han señalado que el jefe superior apuesta porque se le aplique la sanción mayor, lo que podría traducirse en una sanción de dos años de empleo y sueldo. Cabe tener en cuenta la trayectoria de este policía y su posible implicación en otros expedientes internos.