El legado de la prensa norteafricana

Ningún broche de oro mejor para cerrar el ciclo de conferencias organizadas por este diario a lo largo de un año, con motivo de su 75 aniversario, que el tema de nuestra prensa. El cronista oficial, José Luís Gómez Barceló, supo ganarse a la audiencia con su preciso y ameno repaso a los periódicos norteafricanos antecesores a ‘El Faro’, ilustrando su verbo cálido y didáctico con puntuales y curiosas imágenes capaces por si solas de atraer a los presentes.
El conferenciante nos mostró la gran riqueza de periódicos que florecieron en nuestra zona, posiblemente los grandes desconocidos para muchos, arrancando de los primitivos ‘Impresos de Victoria’ del siglo XVII o de una separata de ‘La Gaceta de Madrid’, dedicada a informar sobre el sitio de Muley Ismail.
Ciñéndonos sólo al ámbito local, saltaríamos al ‘Liberal Africano’, el primer periódico de Ceuta que, curiosamente, también se imprimió en Madrid, con sus terribles ataques a los conservadores. 1821 es la época del ‘Eco Constitucional’ y el ‘Eco de Ceuta’, semanarios editados en Algeciras. Hay que irse hasta 1868 para dar con la primera publicación impresa en nuestra ciudad, ‘La Crónica de Ceuta’ y a 1883 para dar con la primera empresa periodística local, ‘El Eco de Ceuta’, de García de la Torre, quien, además, incorporó a su taller tipos en árabe.
Situaba también  Barceló, entre otras muchas referencias, el final del XIX como el momento en el que comienzan a proliferar unas cabeceras que, avanzando en el primer cuarto del siguiente siglo, tendrían que luchar contra las garras de la fuerte censura. Es el arranque de los primeros grandes nombres propios de nuestro periodismo: José Guerra, Antonio Ramos, Rafael Gibert o Eduardo Buscató, profesionales de larga trayectoria.
De la época de Primo de Rivera fue ‘La Gaceta de Yebala’, que editó la familia Trujillo. Después ‘La Opinión’ y ‘Defensor de Ceuta’, los dos grandes antecesores de nuestro diario, sin olvidarnos de ‘Hoy’, del que el Cronista nos refirió sus furibundos ataques hacia ‘El Faro’ y de la suscripción que llegó a organizar el rotativo para sacar a su director de la cárcel. En fin, toda una larguísima lista de cabeceras que se heredaban o se vendían para darles continuidad en el tiempo o recuperarlas después de su desaparición.
Si me he adentrado en esta reseña es para llamar la atención de que muchísimos ejemplares de esta prensa norteafricana, en algunos casos colecciones prácticamente completas, están en la Biblioteca Principal de Tetuán, heredadas de la que fue la Hemeroteca del Protectorado. Unos extraordinarios fondos que debieron traerse para nuestra ciudad nada más conocerse que la independencia marroquí era todo un hecho. No existió el menor interés por el asunto y actualmente dichos tomos son víctimas del abandono, la humedad y hasta de los roedores, especialmente los que están en los sótanos, mientras en Ceuta carecemos prácticamente de tan preciado legado.
Me consta lo anterior porque gracias a la gestión del inolvidable Pepe Abad, en su época de Director Provincial de Cultura, ante su homónimo tetuaní, pude acceder durante cierto tiempo a esa hemeroteca hasta que un día sus responsables me cerraron las puertas a cal y canto. ¿Razones? Nunca se me explicaron. Luego supe que alguien me habría señalado como un periodista de ‘El Faro’, por lo que decidí no volver por esas dependencias que, por cierto, llevan cierto tiempo cerradas por reforma.
Es una pena que tan extraordinario patrimonio de nuestra rica historia periodística, con publicaciones incluso escritas a mano, permanezca condenado a tan triste suerte. Vaya desde aquí una llamada al Instituto Cervantes, que tan brillante labor viene realizando en la vecina capital, para ver de qué forma se podría digitalizar sino toda, sí alguna una parte de tan voluminosa hemeroteca para ponerla al alcance de cualquiera, bien en formato electrónico o colgándola incluso en la red.
Esto último es lo que se pretende hacer con ‘El Faro’. Pasos muy importantes se han dado ya en ese sentido entre Cultura, Biblioteca Pública, Archivo Municipal y este diario, según me comentaba José Antonio Alarcón, otro extraordinario conferenciante, por cierto, sobre la historia de nuestra prensa dentro, también, del ciclo de nuestro 75 aniversario. Ya digo, el asunto puede ir más rápido de lo que parece.
Será un auténtico lujo para propios y extraños.