El legado de la doctora Manuela

Familiares, amigos y compañeros despidieron en Santa Catalina a una médico recordada por su humanidad, cercanía, implicación y que nunca dio nada por imposible.

Familiares y amigos dieron ayer el último adiós a Manuela Gómez en el funeral celebrado en el cementerio de Santa Catalina. Sus seres queridos, afectados por la pérdida, destacaron su “humanidad, su carácter afectuoso y la contribución a la sanidad ceutí” de esta doctora que, desde hacía tiempo, luchaba contra el cáncer.
Concha Gómez fue uno de los parientes que acompañó a Manuela en las horas previas al sepelio. A pesar de los duros momentos que atraviesa la familia, tuvo la gentileza de atender a este periódico para hablar de cómo era su hermana. “Era buena persona, profesional y visionaria, aunque muchas veces no era entendida”, comentó ayer mientras recibía las condolencias de quienes acudían al Tanatorio Municipal.
Begoña Martínez, enfermera del 061, Servicio del que la difunta fue coordinadora, recordó junto a  Concha que siempre estuvo “muy implicada” y que “nunca dio nada por imposible”. Manuela fue “pionera” en la oferta formativa dirigida a los auxiliares de clínica, mencionó su compañera, la cual impartió de forma altruista a través de los sindicatos, entre otras mejoras que introdujo durante su carrera como médico.
En la misma conversación, a ratos interrumpida por los abrazos y las muestras de pésame, se unieron su cuñado Pedro Gutiérrez y el enfermero del 061 Víctor Ríos. “Ha dejado los manuscritos de un libro de primeros auxilios en los centros escolares que quería editar. Queda por retocar la jirafa que hace de protagonista”, dijeron entre risas aunque con los ojos vidriosos.       
Su fallecimiento desconcertó este martes a quienes tuvieron alguna relación con la mujer de voz profunda, envolvente y cálida que siempre defendió a capa y espada aquello que consideró justo, rasgo que le convirtió en una persona auténtica, querida y respetada tanto en el ámbito profesional como en el personal.
En los últimos años, Manuela ostentó los puestos de coordinadora del Servicio de Emergencias del 061 y la presidencia del Colegio Oficial de Médicos de Ceuta. Ambos colectivos estuvieron ayer representados en la despedida y, en especial, sus compañeros y amigos de las ambulancias tuvieron un papel muy especial en el traslado del féretro. A bordo de la ambulancia que la llevó allá donde alguien requiriera asistencia sanitaria cuando estaba de servicio, sus colegas del 061 la transportaron hasta Santa Catalina.
Como parte del grupo que atiende situaciones de urgencia fuera de los centros sanitarios, sobre el ataúd se extendía el chaleco distintivo del Servicio y un estetoscopio como el que utilizó para auscultar a tantos pacientes que necesitaron su ayuda. “Siempre será una de nosotros”, aseguraron emocionados. Aunque en principio eran cuatro las ambulancias que iban a formar esta simbólica comitiva, el deber reclamó a dos de ellas que atendieron sendos servicios. Por su parte, Alberto Levy, vicepresidente del Colegio de Médicos, ejerció ayer de portavoz y pidió el cierre por defunción de las oficinas en Serrano Orive nº 1. “Insufló aires de innovación y entusiasmo al Colegio al aunar al colectivo médico”, señaló el doctor, quien subrayó que Manuela “puso en marcha una serie de planes formativos que no pudo desarrollar” pero como miembro de la junta directiva destacó que mantiene ese “espíritu de continuar lo que ella había iniciado”.
El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, en nombre del Gobierno y de la Asamblea, hizo ayer público su pesar por el fallecimiento de la doctora y transmitió a su familia, a sus amigos y a sus compañeros el más hondo pesar, en nombre de todos los ceutíes, por tan sensible pérdida. En palabras del jefe del Ejecutivo, “Ceuta lamenta tan triste noticia porque se ha ido una persona que ha constituido y siempre constituirá un ejemplo de perseverancia y tenacidad, una persona auténtica por su espontaneidad y sinceridad y una excelente profesional que se dedicó en cuerpo y alma a la medicina hasta que la enfermedad, lo único que ha podido con ella, se cruzó en su camino”.