El juzgado llama a declarar a 16 guardias civiles que intervinieron el 6-F

La magistrada titular del juzgado de instrucción número 6, que lleva la instrucción en torno a los sucesos del 6 de febrero, ha dictado una providencia para dar cuenta de la citación de hasta 16 agentes de la Guardia Civil que tendrán que prestar declaración en calidad de imputados, contando así con la asistencia letrada.

Los 16 agentes tendrán que prestar declaración los días 3, 6, 10 y 11 de marzo próximos, y todos ellos se corresponden con guardias civiles que utilizaron medios antidisturbios aquella mañana o jefes de los dispositivos.
El paso dado por la magistrada no causó sorpresa en el seno de la Guardia Civil. De hecho el pasado julio El Faro publicaba ya que existía la intención de llamar a declarar a varios agentes de la Comandancia en calidad de imputados, decisión que quedó aparcada al encomendarse la realización del atestado por parte de un agente de la Benemérita sobre los hechos. Es ahora cuando se da este paso, que permite, debido a la situación procesal de los agentes, que sean defendidos en sus declaraciones, gozando además de una serie de posibilidades que, por ejemplo, no tienen los testigos.
En la providencia de la magistrada, a cuyo contenido íntegro ha tenido acceso El Faro, se hace constar las horas de las citaciones, entre ellas la del capitán jefe de la Unidad de la Compañía Rural de Seguridad Ceuta, la del teniente de los GRS (jefe del grupo) y un sargento (jefe táctico del mismo). Con el conocimiento de este paso se despeja cualquier duda sobre la posibilidad de que el juzgado número 6 recurriera al Supremo para insistir en que la Audiencia Nacional asumiera esta instrucción. Finalmente el caso quedará en Ceuta hasta la decisión final que adopte el juzgado.
De los 16 guardias civiles que tendrán que pasar por el Palacio de Justicia, catorce reconocieron en las declaraciones recogidas en el atestado remitido por la Guardia Civil al juzgado que habían efectuado lanzamiento de material antidisturbio. Es en ellos, la amplia mayoría pertenecientes al Grupo Rural de Seguridad número 2 de Sevilla que estaba desplazada en esas fechas en Ceuta, en los que se quiere centrar la magistrada para conocer así con detalle cómo se llevó a cabo el lanzamiento de dicho material.
En el operativo de contención, estos agentes hicieron uso de pelotas de goma y también se lanzó algún bote de humo, tal y como se dio a conocer en dicho atestado oficial cuya publicación fue adelantada por este medio. Nunca quedó claro en dicho atestado de quién había partido la orden de efectuar lanzamiento de ese material, sino que simplemente se cumplió con el protocolo de contención existente. Pero sí hay algo claro, todos los agentes que ahora tendrán que pasar por el despacho de su señoría acompañados de abogados ya reconocieron a preguntas del comandante que realizó el atestado haber efectuado lanzamiento de material con el objetivo de “disuadir” la entrada de inmigrantes que nadaban en dirección a las costas. Especificaron que nunca lanzaron las pelotas contra los inmigrantes sino siguiendo el protocolo existente e incluso recalcando que con este tipo de actuación se garantizaba la seguridad de los mismos porque se les instaba a nadar hacia la costa, habiendo unidades marítimas del Instituto Armado presentes para evitar ahogamientos.
Los agentes también dejaron claro que nunca dispararon contra los subsaharianos y que las escenas recogidas a pie de playa de lanzamiento de pelotas se realizaron cuando ya había sido apreciada la presencia de cadáveres en el lado marroquí.
Sin duda la declaración más llamativa fue la efectuada por el capitán, el primero que tendrá que pasar por el despacho de la jueza, quien reconoció que él mismo pidió un fusil al llegar al espigón y efectuó disparos al agua “a distancia prudencial de los nadadores” con el objeto de que los agentes que le rodeaban “imitaran su forma de realizarlos”: “Fue un acto reflejo, para que vieran que su jefe se implicaba como ellos en intentar evitar el paso de la frontera”, subrayó para negar que hasta entonces se estuviese disparando mal. Después arrojó “una o dos pelotas de goma” con la mano “para cortar la trayectoria de nado” de los subsaharianos, objetivo que “consiguió”. También aseguró haber sido el responsable de tratar con las Fuerzas de Seguridad marroquíes la devolución de los 23 inmigrantes que habían rebasado la frontera “tras observar si alguno presentaba algún tipo de lesión”, a lo que los agentes del país vecino accedieron. Igualmente se dio de la cuenta de la existencia de cadáveres “dentro de aguas marroquíes”
Si esto fue lo que dijo el capitán, el teniente que ejercía como jefe del Módulo de Intervención Rápida (MIR) del GRS de Sevilla aclaró que no utilizó medios antidisturbios pero sí dio “indicaciones” para que “siguiesen en el empleo del lanzamiento de medios” con el fin de “canalizar a los nadadores hacia la orilla para facilitar la salida del agua” y exigiendo “que se asegurasen que los impactos de las pelotas fuesen en el agua, sin dañar a ninguna persona y manteniendo en lo posible cierta distancia de seguridad de varios metros, así como se intercalaran entre los disparos varias salvas de fogueo”, indicó.
El sargento bajo su mando como jefe táctico del MIR que también ha sido llamado a declarar en calidad de imputado como el resto de mandos, tampoco utilizó medio antidisturbios ya que sus funciones, dijo, eran “de enlace y coordinación de órdenes del teniente”. Situado entre el espigón y la playa “en una movilidad constante”, explicó que “ante la proximidad de los subsaharianos” a Ceuta, cuando aún no se habían acercado al mar, “se procedió a sacar el material antidisturbios en previsión de poder utilizarlo”.
“Transmití la orden de tener certeza absoluta de que los medios impactaran a una distancia segura en evitación de que pudieran dañar a alguna persona, estableciendo una zona segura para evitar que los inmigrantes nadaran hacia las rocas del espigón o zona de profundidad y así facilitarles alcanzar la orilla con seguridad”, precisó.
Los demás guardias sin galones citados por la magistrada (cuatro adscritos a la Compañía Rural de Ceuta y nueve al GRS de Sevilla, todos ellos con cometido de ‘apoyo’ y con bocacha para el lanzamiento de medios antidisturbios) reconocieron haber usado munición de fogueo y lanzado pelotas de goma o botes fumígenos al aire o al agua pero siempre cuanto menos “a distancia prudencial” de los nadadores.
Uno de ellos, trasladado después de la tragedia del Tarajal a Huelva, reconoció a la Policía Judicial de la Benemérita que “realizó disparos de fogueo hacia el mar dirigidos a un punto donde no se encontraba persona alguna con la intención de que los inmigrantes no accedieran al agua”. Además, asumió que efectuó lanzamientos de pelota de goma “siempre orientados a un punto del mar donde no había personas” y “con la intención de crear una barrera de agua para que sirviera de canalización”.
Posteriormente pasó su bocacha “a un compañero” para “auxiliar a varios inmigrantes que se encontraban en una oquedad existente bajo el espigón” y que fueron trasladados a ”un punto de retén”. En su declaración subrayó que siempre hizo uso del material antidisturbios dirigido “hacia lugares distantes más de 7 metros, donde no se encontraba ninguna persona”, y “siempre dentro del territorio español”. Otro, encuadrado en el  operativo “con el sargento jefe táctico y otro compañero”, realizó “varias salvas” y lanzó “alguna pelota hacia el agua” desde el espigón fronterizo para “dirigir a los inmigrantes hacia la orilla” pero “siempre pendiente de no darle a ninguna persona y a una distancia segura”. Posteriormente, en la playa anexa, hizo lo propio y lanzó un bote fumígeno “a larga distancia” con ánimo de “encauzar a los inmigrantes para que se dirigieran a la orilla” y “siempre guardando una distancia prudencial”.
Uno más de los citados por la magistrada lanzó dos botes de humo “en forma de parábola para que cayesen por la parte posterior de los nadadores” que ya se encontraban en mar abierto, una vez superado el espigón fronterizo, “con el fin de cortar su progresión alejándose de la costa, puesto que se formaría tras ellos una pequeña cortina de humo”. Al no conseguir ese “efecto disuasorio” no volvió a utilizar “ningún otro medio” antidisturbio.
Otro funcionario citado en calidad de imputado vio al llegar al espigón fronterizo “que algunos compañeros estaban lanzando medios (salvas de fogueo y pelotas)”, comportamiento que secundó mientras indicaba a algunos nadadores “que se dirigieran hasta la playa en lugar de a las piedras para salir del agua toda vez que era mucho más fácil y menos arriesgado para su integridad”.
“El lanzamiento de pelotas al agua era dirigido hacia una zona alejada de los inmigrantes” y los que él realizó los hizo “asegurándome en cada uno de que el impacto fuese sobre el agua en una zona sin nadadores, para facilitarles la salida del agua y en ningún caso provocar algún tipo de lesión en ellos”, explicó en el atestado oficial realizado por la Benemérita.
Un guardia aseguró en la toma de declaraciones interna de la Policía Judicial que durante el dispositivo “lanzó pelotas al agua en dirección a la parte trasera de os inmigrantes [que nadaban hacia la playa española] con la finalidad de que se dirigieran a costa y sin que en ningún momento impactaran en ellos”.
Solamente uno de ellos dijo haber lanza “tanto salvas de fogueo como pelotas de goma” hacia “la parte española” así como “hacia lo que sería la prolongación imaginaria del espigón” fronterizo, en cualquier caso “siempre por la parte posterior de la zona de nado de los inmigrantes” y la doble intención de “canalizarlos para que no se alejasen de la costa” y de “disuadir a los que se encontraban en aguas marroquíes de entrar en las nacionales”.
Uno más recuerda haber oído al llegar al espigón “tirad, tirad”, por lo que comenzó a hacer uso de sus pelotas de goma “al agua procurando que no impactaran en ninguna persona nadando”. Otro declaró que su sargento jefe le ordenó “que mediante el uso mayoritariamente de salvas de fogueo y después el lanzamiento de pelotas se canalizara a los inmigrantes para que desistiesen de su intento de entrada”. Para “controlar el posible impacto de las pelotas” realizaba el tiro “apuntando hacia el agua donde no existía ninguna persona”.
Para la actuación del 6 de febrero el GRS de Sevilla hizo uso de 9 bocachas con cargador. Cada componente portaba una mochila con 20 bolas, 6 botes de humo de ocultación y 2 cargadores con 20 cartuchos de fogueo cada uno. La Compañía Rural dijo que cada patrulla llevaba un cetme con bocacha para lanzar medios antidisturbios, 20 pelotas, 4 botes lacrimógenos y 40 cartuchos de fogueo.

En datos

Qué se investiga
Se quiere aclarar la actuación
El paso dado por la magistrada del número 6 tiene por objetivo aclarar si la actuación de las fuerzas de seguridad en la playa tuvo algo que ver con las muertes de los inmigrantes. Por eso precisamente cita a los agentes que efectuaron lanzamiento del material antidisturbio para aclararlo y facilitar, con la situación procesal que se les otorga, su defensa.
Delegación
Primera valoración
Desde la Delegación del Gobierno se trasladó ayer un mensaje de apoyo “a los guardias civiles y a sus familias” a la vez que de “respeto a la decisión judicial y deseo de que el procedimiento sea lo más rápido posible”.
Situación procesal
Sobre la imputación
Mediáticamente se tiende a confundir determinados términos judiciales con la situación de los señalados. Que se le llame a alguien a declarar como imputado, pasa a equipararse a la figura de acusado o incluso se le señala directamente como responsable del delito. No todo imputado o procesado es acusado y no todo acusado es condenado o culpable. Ahora se investiga si hay base para sostener una acusación por la existencia de un presunto hecho punible, nada más.