El hachís bate récord

La ruta Ceuta-Algeciras se convierte en una de las grandes autopistas para los narcotraficantes, que dan así salida a ingentes cantidades de droga procedente de Marruecos. Cada vez más. El negocio es floreciente, la crisis ayuda y las mafias dedicadas al tráfico de estupefacientes viven su peculiar ‘momento de oro’. En seis meses la Guardia Civil de Ceuta ha superado en una tonelada el hachís que decomisó en todo el año pasado. Así, si en 2011 se cerró con un récord de poco más de doce toneladas de hachís aprehendidas, en la mitad de tiempo (seis meses) de este 2012 se ha aprehendido ya 13 toneladas y media.
Esas cifras también tienen otra lectura: si lo traducimos a euros contantes y sonantes, en lo que va de año la Benemérita ha intervenido casi 21 millones en hachís a los narcotraficantes. En la memoria publicada este mismo año por la Fiscalía Antidroga con sede en Cádiz, ya se advierte de lo floreciente del negocio. Las fuerzas de seguridad intentan que el pastel económico que el narcotraficante se lleva a casa sea cada vez menor, pero las estadísticas apuntan a que desde 2010 la tendencia al alza es imparable.
El hachís es exportado por el principal país del mundo, Marruecos, que utiliza la puerta del Tarajal, entre otras, como una vía de tránsito a la que nadie se atreve a poner cifras porque quizá ni las tienen. “Sabemos la droga que intervenimos, que es, como mínimo, la droga que ha podido entrar por el Tarajal”, señala una fuente autorizada del Instituto Armado.
Aumentan las cifras de decomisos y se incrementan también las de detenidos por asuntos relacionados con la salud pública, lo que termina desestabilizando los servicios, ya mínimos, en Guardia Civil o juzgados.
La Fiscalía Antidroga advierte de la necesidad de reforzar los servicios para que el sustento económico que hay detrás del narcotráfico no vaya a más. En su memoria señala que este negocio se erige en una parcela más de la economía sumergida, que es “un punto fuerte”  de la economía de la provincia de Cádiz y de Ceuta, en donde, de manera específica señala la existencia de un “volumen extraordinario de tráfico de drogas”.
Según los baremos económicos que manejan las fuerzas de seguridad y que son meramente estimativos, un kilo de hachís puede adquirir en el mercado negro un valor de 1.500 euros. Es una media que sirve para hacerse una idea de la cantidad de millones que se mueven no sólo a través de los traslados de grandes cantidades de droga, sino en ese pequeño traslado que a modo de hormigas llevan a cabo día a día los culeros, arriesgando sus vidas al portar el hachís en forma de bellotas en el interior de sus organismos.

El negocio: datos y cifras

Estadísticas: En aumento
Las mayores detenciones de personas relacionadas con delitos de tráfico de drogas las notan todos: el poder judicial con guardias imposibles que superan la treintena de detenidos y los agentes, que reconocen su imposibilidad para detener a todos aquellos que podrían estar relacionado con la comisión de estos delitos.
Negocio: Blanqueo de capitales
La propia Fiscalía Antidroga señala en su memoria la firme convicción que existe en torno al sostén socioeconómico que existe detrás del narcotráfico. Hay una auténtica economía sumergida que da fuerza a este negocio, ya que son muchas las familias que viven y apoyan el movimiento a pequeña o gran escala.
Merma: Intervenciones
Los decomisos de droga constituyen una merma económica para quienes alimentan el tráfico de hachís. La crisis aprieta y los pases aumentan para intentar conseguir dinero de forma rápida aunque arriesgada.

Investigaciones desde todos los frentes

En las tramas relacionadas con el narcotráfico, las investigaciones se mueven en todos los frentes posibles. Si hay que llegar a la cúpula de agentes por su supuesta implicación en corruptelas que ayudan a que los narcotraficantes incrementen sus negocios sin trabas, se hace. Y así ha pasado en Málaga, en donde por vez primera una asociación como la AUGC ha decidido personarse como acción popular en el llamado caso ‘EDOA’, procediendo a la acusación de varios guardias entre los que se encuentra el capitán jefe de Policía Judicial. En una nota de prensa, la asociación, que cuenta con más de mil asociados en Málaga, ha anunciado “que por primera vez procedemos a ejercer la acción popular contra miembros de la Institución,  implicados supuestamente en una red de narcotráfico. La acusación se ejercerá sin distinción de cargo, uniforme, o siglas”, apuntan. Lo harán contra el capitán jefe, el teniente ex jefe de la EDOA (unidad de investigación antidroga), dos guardias allí destinados, otro guardia civil destinado en el EDOA de Córdoba y otro en el puerto de Melilla. AUGC entiende que “dichos guardias civiles indistintamente podrían haber cometido presuntamente un delito contra la salud pública, otro de revelación de secreto, de encubrimiento, de cohecho o blanqueo, entre otros”.

Desmantelada una red de culeros que funcionaba como agencia de empleo

La Policía Nacional ha desmantelado una organización dedicada al narcotráfico que funcionaba a modo de agencia de empleo disponiendo de una red de culeros para trasladar la droga desde Marruecos a la península. La operación, de la que ayer informó la  Policía Nacional y que se llevó a cabo en Sevilla, ha conseguido terminar con una importante red que podría haber introducido hasta cuatro toneladas de hachís haciendo uso de personas encargadas de trasladarlo bien en bellotas dentro de sus organismos o adosado al cuerpo. El puerto de Ceuta y el de Algeciras se convertían en puerta de tránsito continuado de estas personas. En la operación se ha detenido a 20 personas que contaban con viviendas que servían de infraestructura para la captación, organización y distribución de los culeros.
Tal y como ha informado la Policía Nacional, la red contrataba a personas para transportar hachís en el interior de su cuerpo. Contaba con varias viviendas en la provincia de Sevilla donde llevaba a cabo el reclutamiento como si de una oficina de empleo se tratara. Por estos pisos pasaban casi un centenar de culeros o mulas cada mes, para hacer entrega de la droga transportada y cobrar por sus servicios.
El negocio estaba más que montado, moviéndose durante muchos meses cantidades de hachís de manera continuada. Algunos de los culeros utilizaban a sus propios hijos menores de edad para que los acompañasen en los momentos que consideraban más peligrosos, y de este modo pasar desapercibidos. No siempre les salía bien, y ahí están por ejemplo las intervenciones de la Guardia Civil de carritos de bebé ocultos con droga o de mujeres detenidas en compañía de sus hijos, menores de edad.
La investigación dio comienzo a mediados del pasado mes de octubre cuando los agentes detectaron en Sevilla la presencia de un grupo organizado dedicado al tráfico de hachís. El líder de la red era el responsable de recibir las “solicitudes de empleo” de los correos humanos y autorizarlas. Esta organización se estructuraba en dos ramas: la primera con sede en Marruecos se encargaba de suministrar la droga y la otra, afincada en el sur peninsular, recibía a los ‘muleros’, almacenaba el estupefaciente, y lo distribuía en varias provincias andaluzas. Salvo una persona, la red estaba compuesta por ciudadanos de nacionalidad marroquí. Las personas contratadas procedían de toda la geografía española y generalmente transportaban las bellotas de estupefaciente en el interior de su organismo. En algunas ocasiones modificaban la forma de transporte, camuflando el hachís dentro de botellas o en huecos ocultos habilitados en los vehículos en los que viajaban. Una vez en la península, se dirigían hasta dos viviendas ubicadas en las localidades sevillanas de Coria del Río y La Algaba. Allí permanecían hasta que expulsaban la droga ingerida y posteriormente, según la cantidad entregada, cobraban por el transporte. Finalmente, la trama contaba con una red de distribución y venta, que surtía de estupefaciente a compradores habituales. Estos a su vez, se lo facilitaban a pequeños camellos y consumidores.

La ruta Ceuta Melilla, clave en este tránsito

El movimiento de culeros por la ruta de enlace con Marruecos que suponen Ceuta y Melilla está siendo alarmante. Hay detenciones diarias que superan la veintena de culeros y se sospecha de un importante movimiento de salida de droga hacia el exterior por esta vía. En el caso de marras, la Policía ha informado de que los correos humanos que trabajaban para la red llevaban a cabo más de un viaje para poder aumentar sus beneficios. Numerosas personas pedían trabajo al responsable de la organización para que les autorizara a cargar droga, obteniendo así un beneficio. En la intervención se detuvo a 20 personas, de las que siete eran miembros esenciales de la red y 13 culeros que esperaban a la expulsión total de las bellotas y que tuvieron que ser trasladados al Hospital. La falta de investigaciones en Ceuta sobre las tramas de culeros hace que los detenidos no puedan ser vinculados con tramas organizadas y forman parte de detenciones por separado aunque buena parte de ellos sirvan a los mismos jefes. No se le hace daño al negocio ya que estos siguen operativos.