La Guardia Civil lleva semanas topándose con el mismo servicio. El que protagonizan subsaharianos (hombres en su mayoría pero también se ha dado el caso de alguna mujer) que consiguen entrar en Ceuta sin ser vistos y a los que las fuerzas de seguridad encuentran ya caminando por la carretera nacional en busca del CETI.
En las últimas semanas, los agentes se han topado con parejas que deambulaban por la ciudad, con las ropas secas, después de haber conseguido pasar el filtro fronterizo. Son los protagonistas de un goteo que arrastra la ‘marca’ del éxito, ya que a pesar de los férreos controles establecidos en el paso, causantes de muchas de las colas que desesperan a los ceutíes, siguen consiguiendo entrar en la ciudad.
Hace un par de días fueron localizados dos subsaharianos andando por la carretera nueva a primera hora de la mañana. Días atrás se había repetido la misma escena, pero con dos hombres y una mujer. Casos que se suman a los que van anotándose en las órdenes de servicio y que vienen a ratificar la presión constante ejercida por las redes que, disponiendo de flotas de vehículos, consiguen pasar a los subsaharianos sin ser vistos.
Quienes realizan estos pases evitan los dobles fondos. Prácticamente pasan a los clandestinos tapados con mantas. De esta forma no corren riesgo para sus vidas y, de ser detenidos, la pena es mucho menor. Esta semana la Audiencia condenó a un par de pasadores a dos años de cárcel. Ambos están en la calle al no tener antecedentes.