Tiene razón Ceuta cuando le solicita al Estado una aportación para la construcción del nuevo centro destinado a los menores extranjeros no acompañados. Por supuesto, nuestra ciudad siempre ha defendido y nunca ha renunciado a ejercer las competencias que en materia de menores tiene transmitidas desde hace casi veinte años, pero lo que hace bien en defender es que el problema de los mena es un fleco de la inmigración en general. Partiendo de esa filosofía se entiende, desde luego, que se exige de manera sistemática a Madrid que se necesitan más fondos para poder sufragar el gasto que tiene el mantenimiento de este grupo de menores extranjeros. Recordamos que siempre se ha hablado de unos cinco millones de euros y por parte del Estado no se recibe más de un millón cuatrocientos mil euros. De todas maneras, como el Gobierno ha demostrado su responsabilidad cuando debe ejecutar sus competencias, tiene muy claro que la nueva residencia que servirá de hogar para estos menores se llevará a cabo con el dinero o sin la aportación de la Secretaría General de Inmigración y Emigración. Lo que sucede es que si se consigue al menos el cincuenta por ciento, estamos hablando de dos millones y medio de euros que se podrían destinar a otras necesidades que también las hay y muchas en nuestra tierra.