El Gobierno afirma que Ceuta no es una burbuja en la crisis económica

El Gobierno autonómico quiso dejar bien claro durante el debate del Plan de Ajuste y del Plan de Sostenibilidad que Ceuta no es una burbuja en medio de la crisis económica que se padece en nuestro país y en el resto de Europa, "decir lo contrario sería ir contra la propia realidad".

El mismo portavoz del Gobierno, Guillermo Martínez, reflejó que el ambicioso Plan de pago a proveedores supondría un balón de oxígeno para el tejido económico y además cerrar un círculo vicioso de las propias administraciones a la hora de abonar sus débitos con los proveedores.
Hay que señalar que tanto el Plan de Ajuste que debía presentarse ante el pleno por obligación, al haberse adherido al Plan de Proveedores como el Plan de Sostenibilidad a diez años, que es una aportación propia del Gobierno del presidente Vivas, fue aprobado con los votos favorables del Partido Popular y en contra se pronunciaron los dos partidos de la oposición, tanto Caballas como PSOE.
Reflejar que el mismo Martínez reconoció en su discurso inicial que la deuda comercial de la Ciudad era importante, pero que también debía relativizarse como consecuencia de que se debía medir igualmente por los presupuestos que en el caso de Ceuta es un tercio, mientras que en otras poblaciones supera por dos o tres las mismas cuentas municipales.
Vino a reflejar que parte de ese impago a los proveedores venía por la caída de la participación de Ceuta en los fondos del Estado, la caída de recursos propios de la Ciudad y también de los fondos europeos. Igualmente reconoció que algunas estimaciones de ingresos habían sido erróneas, porque los presupuestos se habían elaborado atendiendo a los datos de crecimiento que aportaba el Gobierno de la Nación y que luego se variaban a la baja.
Igualmente, reflejó que la deuda que se ha incluido en el plan programado por la Administración General del Estado supone un tres por ciento del global del gasto ejecutado por el presidente Vivas a lo largo de esos once años. Y éste fue el principio para comenzar a analizar el tiempo de la Presidencia de Vivas, donde comentó los avances que se habían producido en materia de limpieza viaria, de abastecimiento de agua, de entretenimiento urbano o eliminación de residuos. Dijo que había por ejemplo una plantilla de cuatrocientas personas dedicadas a  todas las labores de entretenimiento urbano o que la plantilla de Urbaser se había multiplicado por tres en estos diez años. También se refirió a los planes de inversiones y los planes de barriadas, además de la construcción de mil quinientas plazas de aparcamiento o la remodelación del centro "que no es de quienes viven en el mismo, sino de todos los ciudadanos". Recordó que la política social había crecido un cincuenta y seis por ciento desde que Vivas accedió a la Presidencia. Por supuesto, reconoció que ese salto cualitativo experimentado por nuestra ciudad en estos años se había debido, por un lado, a la suficiencia financiera obtenida y reflejó que gracias a las gestiones del Gobierno del año 2000 a la actualidad se habían obtenido cien millones de euros anuales si se sumaba el incremento en la participación del nuevo sistema de financiación autonómica y la compensación por la bajada de ingresos del IPSI.

Un Plan de Sostenibilidad con unos criterios muy conservadores

El mismo Guillermo Martínez a la hora de analizar las líneas maestras del Plan de Sostenibilidad a diez años explicó que existían una serie de compromisos del ejecutivo entre los que se encontraban el mantenimiento de los servicios públicos en los niveles de calidad en que están ahora mismo; igualmente en el campo de los servicios sociales también está la promesa de seguir al mismo ritmo.
Como ya se conoce no se asumirán nuevas deudas a largo plazo para inversiones, las cuales se ejecutarán a partir de este momento con nuevas fuentes de financiación como concretamente la venta de activos inmobiliarios de la Ciudad Autónoma, los superávit de los diferentes presupuestos que se vayan presentado y además los posibles nuevos fondos europeos.
Otro de los compromisos es que no habrá más presión fiscal a lo largo de estos diez años o que el pago a los proveedores se establecerá entre los treinta y los sesenta días con una potenciación de los servicios telemáticos.
Unas líneas maestras que como definió el propio Martínez están basadas en unas previsiones muy conservadoras para que no pueda existir ningún problema a lo largo de estos años, salvo que sea para el incremento porque los condicionantes hayan variado en sentido favorable.

Martínez llamó dictador a Aróstegui y éste dijo que estaba curado de espanto

En una de las intervenciones del portavoz del Partido Popular, éste le dijo a Juan Luis Aróstegui que dictador es la persona que no respeta la voluntad de los ciudadanos y que de esa cuestión había dado muestras el ayer portavoz de Caballas durante los treinta años que llevaba en la vida pública.
Luego, con posterioridad, en la intervención de Aróstegui éste corrigió a Martínez comentando que no llevaba treinta años, sino treinta y siete y que desde luego estaba curado de espanto más si le venían esos insultos desde la bancada del Partido Popular.
Luego, con posterioridad hubo otro enfrentamiento después de que el mismo Guillermo Martínez aludiera a que las soluciones que estaba aportando Aróstegui eran las mismas que puso en marcha en sus tiempos de concejal de Hacienda, “donde no pagaba las facturas, como sucedió con la empresa de la limpieza y luego el Ayuntamiento tuvo que pagar unos intereses estratosféricos por su culpa”. Sobre este particular explicó el mismo Aróstegui que cuando quisiera el presidente de la Ciudad Autónoma se podría hacer un debate sobre la política económica de aquella legislatura, “pero con la verdad por delante, no con esos análisis que hacen algunos descerebrados de su partido”

“Su alternativa era el despido de unas quinientas personas”

En las distintas contestaciones que se produjeron a lo largo de la jornada de ayer, el portavoz del Partido Popular, Guillermo Martínez quiso realizar una serie de comparaciones con el presupuesto alternativo que presentó Caballas en la sesión plenaria del pasado mes de diciembre, acusando al primer grupo de la oposición de que su verdadera alternativa de recortes hubieran llevado al despido de unos quinientos trabajadores, "porque ustedes lo que hicieron fue una reunión de amigos y trajeron unos papelitos a los que quisieron llamar presupuestos alternativos".
También incidió sobre distintas acusaciones relacionadas con los altos cargos, porque desde Caballas el mismo Juan Luis Aróstegui reflejó que eran un total de cincuenta y uno los miembros si se sumaban los consejeros, viceconsejeros, directores generales, subdirectores generales, asesores y los gerentes de las sociedades.
A este particular le contestó el mismo Guillermo Martínez en el sentido de que a lo largo de los diez años de mandado del presidente Vivas los sueldos de los altos cargos se habían congelados en ocho ocasiones, se había producido la subida en dos de ellos, pero siempre en relación con el IPC y se habían bajado otras dos, una la que se aplicó de acuerdo con el decreto de Zapatero en su parte más alta del quince por ciento. Y  también dijo que al comienzo de la presente legislatura se había cumplido con un compromiso electoral de rebajar el número de altos cargos en un veinticinco por ciento y que ahora nuevamente se reducía en un diez por ciento el número de personas adscritas a la estructura del Gobierno.
No quiso dejar de lado su agradecimiento a todo el personal de la Consejería de Hacienda por todo el trabajo ejecutado tanto durante la redacción del plan extraordinario de proveedores, como con posterioridad con el plan de ajuste y el de sostenibilidad. Agradecimiento que extendió igualmente al personal administrativo del resto de la Consejerías y de las sociedades municipales.

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