Menudo pantanal esto de andar sin tiempo. Las obligaciones con el trabajo, con los entrenamientos, y con la sensibilización sobre la enfermedad mental, han relegado a mi faceta de calígrafo a la pura subsistencia. No ha de ser bueno fabricar el alma de un escritor, y llegada la hora abstenerse de escribir. Así, que al menos me queda este hilo de voz, tan fino como mi boli, tan desnudo como mi mano.
Quizá no lo sepáis, pero para conectarse con el alma, con la esencia, aquella que nos sirve para explicar, se necesita de la estrella de la meditación, ¿y qué es meditar sino orar frases completas y escoger los silencios? Menuda historia aquella que no se escribe por falta de tiempo. El tiempo es escaso si lo que buscamos es la plenitud existencial, pero abundante cuando el hombre descubre la verdad.
El recuerdo es un acto de amor como el que más, y así, recuerdo tras recuerdo, voy escribiendo mi final. No ha de ser leve aquello que nos hace pensar, y así convoco a las voces de la creación, para que me hagan sentir, para que me hagan temblar. No ha de haber colores más allá del arco iris; no ha de haber sueños sin luz y sin paz.
Es mi mayor orgullo redondear las letras como si tuvieran un espíritu mayor, y ¿qué me dicen de las mayúsculas?, que parecen suspendidas, sin gravedad, en el mundo de la imaginación. La magnitud de lo que digo no conoce anterior, ya que la caligrafía procuró alma al hombre; o al menos, esa es mi fe. Son pocos los llamados a entablar sus letras en páginas tan gruesas, por eso el monje ennoblece el alma de los hombres con sus milagros.
En definitiva: tengo que ir mentalizándome de que necesito un horario que me permita desarrollar mi faceta de escritor con cierta regularidad. En una hora escasa es complicado dar con una onda satisfactoria, y una vez uno consigue conectarse resulta que ya es hora de dejarlo. No es raro así, que las jornadas de un escritor profesional sean de diez horas o más, en períodos de fecundidad Yo, de momento, no aspiro a tanto, sobre todo porque la prioridad de mi vida está en el trabajo, ¿pero qué menos que tres horas al día?
También tengo curiosidad por conocer mis habilidades y veo fundamental dotarme de un discurso sobre los temas importantes de la vida. A fin de cuentas, ¿que haría yo si no hubiese tenido la oportunidad de encontrar un buen trabajo?