Estacionar el vehículo en el parking de la estación marítima o en cualquier otro punto cercano del recinto, apagar el motor y no regresar jamás. Eso fue lo que hicieron algún día los propietarios de los 36 vehículos a los que la Autoridad Portuaria ha recordado estos días, de forma oficial, su obligación de retirarlos cuanto antes porque ocupan de forma irregular sus instalaciones. En todos los casos, la inmovilización supera los dos meses, tal y como detallan las notificaciones que el pasado martes publicaba el Boletín Oficial de la Ciudad de Ceuta (BOCCE), un periodo de tiempo que muchos de ellos, por el aspecto que presentan, han superado con creces.
El abandono de vehículos, aseguran desde la Autoridad Portuaria, ni es nuevo ni parece tener solución a corto plazo. “Lo que hacemos es cumplir el procedimiento habitual en este tipo de casos, que no son precisamente los primeros. No podemos retirarlos por nuestra cuenta hasta que no se le haya notificado al titular y publicado de forma oficial. Si transcurrido el periodo correspondiente no atienden el requerimiento o no aparecen, entonces es cuando se puede actuar”, detallan desde el ente que preside José Torrado.
Además del perjuicio económico –en la mayoría de los casos ocupan plazas en los parking de residentes y usuarios de la estación marítima– , los vehículos pueden convertirse en un foco de insalubridad o en techo para indocumentados. De hecho, en las notificaciones se advierte a los propietarios de que el “estado lamentable de abandono” en el que se encuentran el automóvil a su nombre lo convierten en más que probable “refugio de roedores, basuras e indigentes”. Un vistazo al interior de los que se acumulan en los aparcamientos confirma que el argumento esgrimido por la propia Autoridad Portuaria en el BOCCE no anda muy descaminado: los restos de comida, basura y enseres pueblan algunos de los turismos que han perdido cristales, ruedas y puertas, y que aguardan un más que presumible final en el desguace. La mayoría –aunque también los hay que presentan buen estado de conservación pese al abandono– son frecuentados por el colectivo de argelinos que deambula a diario por el recinto portuario.
De las 36 notificaciones enviadas en el último intento de búsqueda de los propietarios, doce incluían tan solo la matrícula porque se desconoce a quiénes pertenecen legalmente. En el resto de los casos, la búsqueda en los registros oficiales ha permitido identificar a los titulares, incluso sus direcciones, aunque eso no suele ser garantía de que éstos atiendan la llamada. “Unos aparecen y otros no”, confirman las mismas fuentes. En el listado aparecen seis ceutíes que, por cualquier motivo, han decidido deshacerse de los turismos abandonándolos en el recinto portuario. Pero también ciudadanos domiciliados en lugares tan dispares como Barcelona, Castellón, Almería, Málaga, La Rioja, Cuenca, Valencia, Murcia, Melilla, Alicante o Cádiz. Otros siete turismos están matriculados en el extranjero y tres –un Peugeot, un Mercedes Benz y una Vespa– ni siquiera cuentan con este distintivo, por lo que localizar a los propietarios resulta toda una aventura y son serios candidatos a que, en aplicación del Reglamento de Servicios, Policía y Régimen del Puerto, sean retirados por la grúa y acaben sus días destruidos como residuos sólidos urbanos.
En todos los casos, la normativa establece un plazo máximo de 15 días hábiles para que se atienda el requerimiento y se proceda a la retirada del vehículo declarado en estado de abandono. De incumplirlo, la normativas de Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial y La Ley de Puertos y de la Marina Mercante avalan a la Autoridad Portuaria a deshacerse de ellos. El titular pierde también todo derecho sobre “las mercancía, objetos y cosas” encontrados en su interior, y se enfrenta al pago de una sanción administrativa. Todo ello, en el caso de que se dé con su paradero, en la mayoría de las ocasiones a cientos o miles de kilómetros de donde estacionaron por última vez el vehículo.