La jornada de avalanchas ocurrida en la frontera ha dado pie a otro escenario igual de complicado y que tiene su eslabón más débil en los propios porteadores. Una vez que consiguieron cruzar el paso de Ceuta, quedaron atrapados en la zona internacional ya que Marruecos no aceptó su entrada con bultos.
Así, como si fueran pelotas de ping-pong, iban y venían de un lado a otro con sus bultos, temiendo decomisos masivos de la mercancía y viéndose obligados a desandar el camino. No hay respuesta para una situación que amenaza con implantarse, anulando la efectividad que le fue atribuida al ‘Tarajal II’.