En el punto de venta, el escaparate es la carta de presentación de nuestro negocio, un vendedor efectivo que muestra nuestros productos, promociones o mensajes que queramos transmitir a nuestros clientes, y a un precio mucho más bajo que la publicidad tradicional. Pero claro, si no le prestamos la atención que se merece, ni llevamos a cabo una planificación adecuada, y exponemos los productos sin un sentido lógico, conseguimos un escaparate vago, sin ganas de trabajar, y que no se alegra cuando los clientes se paran ante él.
El escaparatismo es un trabajo que hay que integrar en las actividades de planificación de un comercio, además de los pedidos, tareas diarias, realización de cuadrantes o contabilidad, el escaparate tiene y debe formar parte de esa planificación, pues muchas de las ventas las hacemos a través de él.
Por este motivo, y porque sabemos la importancia del escaparate como imagen de un negocio, los alumnos del Instituto Ceutí de Formación Europea apoyado por el Servicio Público Estatal de Empleo, estamos trabajando en ello en el último módulo del curso de Implantación de Espacios Comerciales, “Escaparatismo Comercial”.
Desde el SEPE y a través del centro, tenemos a nuestra disposición todos los recursos necesarios para que el aprendizaje sea completo, combinando su parte teórica de planificación, técnicas de escaparatismo o tipos de composiciones, con la parte práctica, donde se realizan escaparates en el aula - taller, además de realizar un taller práctico de manualidades. En este taller se pretende generar ideas para desarrollar “escaparates sostenibles”, ya que estamos en unas circunstancias económicas que nos obligan a ser más ingeniosos para minimizar gastos y donde la idea creativa es fundamental.
Todo esto complementado con la práctica real en la empresa “Norte informática”, donde se ha trabajado para la modificación y mejora del escaparate que actualmente tiene, presentando al gerente dos propuestas creativas.
Combinar el trabajo de planificación y la generación de nuevas ideas es lo que nos lleva a desarrollar un escaparate feliz. Convertir ese espacio privilegiado de cara al exterior en un gran comunicador, que llame la atención, transmita la filosofía de la empresa, el detalle o el orden, ya sólo dependerá de nosotros.