La captación de mujeres para participar en la yihad se está llevando a cabo a través de redes que tienen sus enlaces en Ceuta y Marruecos.
“El enemigo está en casa”, apunta una fuente policial a El Faro. No hay que ir más lejos ni buscar entre las féminas que están ya en Siria para hallar el entramado de piezas clave que está dedicándose a radicalizar a jóvenes y adolescentes. La captación se está haciendo desde viviendas en Ceuta y en Marruecos, habiendo conexión entre ambos puntos.
Una red que busca influir en mujeres y cuya investigación es más complicada para las fuerzas de seguridad. En los últimos meses, tal y como ha estado publicando en distintas ediciones este medio, se ha conseguido captar a una joven, Lubna, y se ha intentado al menos con otras dos, cuya marcha a Siria o Irak fue abortada a tiempo por las fuerzas de seguridad. Eso sí, quedó demostrada su profunda radicalización.
Antes que ellas han marchado tres mujeres más (a pesar de que a nivel nacional se están publicando otros datos). Se trata de dos vecinas del Príncipe y la tercera es una residente en Los Rosales que marchó con su hijo de corta edad. Todos estos casos son conocidos por las fuerzas de seguridad que no pueden hacer nada más que tenerlos registrados.
Las marchas de mujeres desde Ceuta nada tienen que ver con la auténtica sangría que se está produciendo en Marruecos. Desde la zona norte han partido muchas mujeres, captadas todas ellas por la misma red especializada.