Alrededor de un centenar de caballas, entre los que se encontraba el presidente de la Ciudad, Juan Vivas y el presidente del Consejo de Hermandades, Juan Carlos Aznar, asistieron ayer por la tarde al primer acto de los cultos en honor a San Antonio
el pregón pronunciado por el médico Jacobo Díaz Portillo, gran seguidor desde hace muchísimo tiempo del santo más querido en nuestra ciudad. Hasta la Ermita del Hacho acudieron también varios hermanos mayores, la vicepresidenta primera de la Mesa de la Asamblea, Adela Nieto, y en representación de los militares el coronel José Faura, máximo responsable de Regulares. Y, por supuesto, Díaz Portillo estuvo arropado por su mujer María José, sus tres hijos y muchos otros familiares y amigos, algunos de los cuáles llegaron desde la península con motivo de este día tan especial para él.
Antes, el sacerdote Cristóbal Flor ofició una eucaristía previa que estuvo amenizada por el coro de San José dirigido por Ana Galán. Ella fue la encargada de recoger un detalle que, en nombre de los devotos de San Antonio, le entregó el hermano mayor Carlos Orozco para agradecer al grupo “que siempre está dispuesto a venir desde la otra punta de la ciudad para amenizarnos los actos que les solicitamos”.
Tras esto fue Díaz Portillo, el protagonista de la tarde, quien tomó la palabra tras una breve presentación de su antecesor, Juan José Cerro. Abrió el pregón con una bonita alegoría a Ceuta, su tierra de adopción. A ella, tras una extensa enumeración de sus rincones preferidas de la ciudad, se refirió como el “ancla de mi velero y razón para mis palabras”. Una introducción que arrancó los aplausos de los asistentes que agradecían así la emotividad puesta por el pregonero en cada uno de los versos que pronunciaba.
Tal y como recordó, la propuesta de pronunciar este pregón le llegó hace cuatro años y, si bien entonces no se sentía preparado para asumir tal responsabilidad, ayer dialogó con el santo y los asistentes agradeciendo continuamente la protección y seguridad que le inculca. Su mujer, María José, también fue una de las protagonistas del pregón al haber sido quien “me inculcó la fe por San Antonio”. Un discurso en el que Díaz Portillo no se olvidó de nadie y pronunció un relato humano que, se notó, le salía de los más profundo del alma.
“Aunque no es de Ceuta pero es de San Antonio al cien por cien”
El anterior pregonero, Juan José Cerro, pronunció unas breves palabras que dieron paso al pregón de Díaz Portillo. En ellas, además de llamar a la unión de todos ante los, dijo, ataques que en estos últimos tiempos sufre la religión y la iglesia, elaboró una pequeña semblanza sobre el pregonero de este año. “Aunque no es de Ceuta es de San Antonio al cien por cien”, aseveró Cerro.