Un médico militar de Ceuta aboga por hacer pruebas coronarias al personal a modo de prevención
Toda vez que la familia que compone la Sanidad Militar conmemorara en todo el país la festividad de su Patrona, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, el pasado 25 de junio, efeméride que fue puesta de relieve por el Cuerpo con diversos actos celebrados en nuestra ciudad, el número 892 de la Revista del Ejército se hace eco precisamente de la labor que el personal médico realiza a diario en la plaza castrense ceutí.
De tal modo, y a través de las reflexiones y datos ofrecidos por el teniente coronel del Cuerpo Militar de Sanidad, José Amellugo Catalán, se pone de relieve el modo en que los efectivos militares de Ceuta cuidan su salud para, así, estar debidamente preparados a la hora de afrontar los retos que en cada momento encomiende Defensa para la custodia del país.
Bajo el titular ‘Los militares se toman el pulso’, el experto médico indica que “no es pretensión de este tipo de estudios el descubrir nuevos talentos deportivos sino salvaguardar la seguridad de nuestro personal, especialmente la cardiológica”, y añade que “la detección de factores de riesgo cardiometabólicos en un militar, obliga a que se deba considerar poner en marcha mecanismos de control cualitativos y cuantitativos de los reconocimientos negativos por falta de aptitud; centralizar estos resultados es importante para un mejor seguimiento de la patología que origina la inaptitud”.
En este sentido, y a modo de resumen, el médico militar explica que “adicionalmente a la capacidad preventiva de las investigaciones médicas, este protocolo anual ha mostrado su utilidad en la detección temprana de patologías subyacentes, especialmente a nivel cardiovascular, ya que puede prevenir accidentes de ese tipo por sobreesfuerzos. La aparición o suma de factores de riesgo en un individuo pone en guardia a médicos y enfermeros militares, que suspenden sus actividades peligrosas, recomendándole valoración especializada, con posterior seguimiento”. “La detección de factores de riesgo modificables”, sigue, “como aumento de peso, hipertensión, excesivo consumo tabáquico y las mermas auditivas o dentales, nos indica que debemos aplicar estrategias preventivas poblacionales por encima de las individuales”.
Ante este escenario, Amellugo Catalán señala que “un EKG en reposo se considera de escasa utilidad como predictor de eventos cardíacos en la población general. Sin embargo, nuestra población militar tiene un alto grado de actividad física regular y el EKG nos indica el grado de adaptación de su corazón al deporte. Ha sido determinante en una decena de casos”. “La amplificación del reconocimiento médico básico presente lo convierte en verdadero examen de salud actualizado”, concluye el galeno castrense.