La cofradía del Descendimiento recuperará este mes de octubre el antiguo conjunto escultórico que da nombre a la Cofradía, ya que además es uno de sus titulares.
Culminará así la restauración del antiguo paso de la Hermandad, que quedó seriamente dañado tras un accidente en la Santa Iglesia Catedral, donde se hundió el soporte sobre el que se sostenía y las piezas se fragmentaron.
Hoy mismo se tomarán las medidas a las esculturas para que un carpintero especializado fabrique las cajas en las que el conjunto será embalado y transportado a la cofradía. “Se tratará de un embalaje especial, en el que las cajas dispondrán de ventilación para que las piezas, de madera, no se dañen. Además, habrá un relleno que cubra los huecos vacíos entre escultura y caja”, explicó Inmaculada Rodríguez, la restauradora que ha dirigido el taller de una decena de personas que han trabajado en este proyecto. Se trata de las mismas personas que han restaurado los sillones del Salón del Trono, tarea en la que también se encuentran inmersos.
Las piezas fueron expuestas el pasado mes de marzo en el Palacio de la Asamblea, cuando estaban a medio restaurar. Por aquel entonces se había constatado que las sucesivas reformas a la que se había visto sometido el conjunto escultórico no habían sido acertadas desde el punto de vista de la restauración. Ahora, tomando como punto de partida el original (construido en 1914), se ha intentado devolverle un aspecto lo más parecido posible.
Ahora, puesto que es propiedad de la Cofradía, será ella la que decida qué destino dar a este paso que ya no procesiona. “Estamos estudiándolo, porque es un conjunto muy grande, y no se nos ocurre otro lugar que donde estaba, en la Catedral. Pero habría que conseguir otro altar, y la autorización”, explicó el hermano mayor, José María Arregui, que destacó el “fenomenal” trabajo del taller de restauración.