El amor es un sentimiento inexplicable que nos desnuda y nos desbarata a la vez. Durante su travesía obsequiamos a nuestra compañer@ con collares y pulseras: DIAMANTE; y, decoramos el cuerpo de nuestro amad@ con anillos: ORO; para más tarde sellar nuestro amor en la universal frase: «Juntos en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte nos separe...». También, en el camino del enamoramiento utilizamos herramientas como las redes sociales, lo cual es necesario poseer un móvil, portátil u otro dispositivo electrónico similar: COLTÁN.
Y, desde la calle avisamos a nuestra amig@ para que se asome a su ventanal: ALUMINIO. Y, en la casa disponemos de aparatos eléctricos que nos sirven para adaptarnos a las inclemencias del tiempo, y así poder ver una película en el sofá con nuestr@ prometid@: COBRE. Y, para enseñarle la tierra prometida a nuestra muchacha, y enseñarle los mejores amaneceres y atardeceres necesitamos un automóvil, moto, barco o avión: CRUDO.
Pues bien, resulta que los recursos naturales que he ido mencionando: oro, coltán, aluminio, cobre y crudo, que nos ha servido para dibujar nuestra relación amorosa, provienen en su gran mayoría de África; y, cuando las personas «propietarios» de tales elementos naturales y originarias de otro continente deciden desplazarse a los países «desarrollados», no sólo les ponemos barreras y alambradas y otros tipos de obstáculos lamentables; sino que también generamos (políticos y otros actores) una propaganda (medios de comunicación, y otros medios audiovisuales) como si ell@s fueran malas por querer buscarse la vida, y/o ¿por qué no? enamorarse utilizando los recursos naturales que les pertenecen, y que le fueron saqueados por aquellos que se llaman a sí mismos: «países desarrollados». A partir de aquí hablamos de APOROFOBIA, es decir, odio, rechazo y marginación a los «pobres».
El tema de la migración en aguas del Mediterráneo, por su complejidad en su génesis -a nuestra parecer- puede entrañar alguna dificultada en desentrañar y adivinar sus causas; de tal manera, que en esta dirección alumbramos la siguiente reflexión, a saber: En el flujo migratorio que acontece a diario desde Asía y África, los habitantes de estas regiones se marchan a las ricas tierras de Europa a buscarse un futuro mejor, entre otras razones, porque nosotros invadimos sus tierras, adquirimos sus recursos naturales (todavía seguimos haciéndolo y controlándolos), y dejamos a muchos de sus países en guerra; por no hablar de los sistemas socioeconómicos que implantamos protagonizados, en muchas ocasiones, por dictaduras diseñadas a nuestro antojo y bendecidas como democráticas, con el fin de seguir apropiándonos de sus recursos.
El panorama actual es fruto de nuestros actos como países «civilizados» y, lo que es peor, que España también sufre y padece en el presente el fenómeno de la migración, con la única diferencia que a día de hoy, aún nos queda saldo en nuestras cuentas bancarias para poder permitirnos un vuelo low-cost, mientras que ellos deben de utilizar una patera o una abarca en condiciones miserables para emprender una nueva vida.
Puede que parezca un diagnóstico sencillo; sin embargo, a todas luces se nos antoja una solución compleja, debido a que se tendría que realizar los siguientes pasos: Primero, dejar de saquear sus recursos, una medida difícil. Segundo, devolver los recursos robados, y evidentemente cumplir con la anterior línea de actuación, hablamos ya de utopía. Tercero, además de satisfacer la primera y segunda medida, ayudar a esos países a construir socioeconómicamente sus países, es decir, un nuevo Plan Marshall teniendo en cuenta su identidad, sustentabilidad y equidad (Ubuntu*), quizás esto último puede ser lo más viable aunque no deja de ser meramente un sueño.
Asimismo, entra en nuestra conciencia y apuesta crítica, que la economía capitalista que globaliza y dirige los destinos del mundo, es el elemento primordial aquí; ya que no podemos mirar a otro lado, y porque también con nuestros actos, mayoritariamente consumistas, somos cómplices de la miserable e insoportable situación de abandono del pueblo africano.
Qué poca memoria existe en nuestra sociedad avanzada del que dicen primer mundo, cuando éramos y somos también emigrantes como ellos
Por tanto, atendiendo a lo anterior, no podemos dejar de afirmar a modo de conclusión: que nuestra colaboración no sólo sería bien recibida; sino determinante para la construcción de una verdadera conciencia que profundice en los valores del ser humano, capaz de resolver este asunto de desigualdad y pobreza africana vinculado con la migración. No lo sabemos, pero tal vez haya sonado la hora de empezar a llenar las calles con manifestaciones -como ya hicimos en su momento con el «no a la guerra»-, y sustituir tal título con el «no al saqueo africano» entre otras actuaciones... Qué poca memoria existe en nuestra sociedad avanzada del que dicen primer mundo, cuando éramos y somos también emigrantes como ellos.
Sí; que poca memoria existe en los países «desarrollados», cuando utilizamos cualquier producto donde el componente clave de tal bien y que permite su funcionamiento -con toda seguridad- sea un recurso natural proveniente de esos continentes que expoliamos en su día –aún continuamos-, sin un atisbo de mala conciencia de estar agotando aquellos recursos que no nos pertenecen...
Creo que Sydney Pollack va a tener que redirigir nuevamente la película «Memorias de África», y dotarla de una historia más real o simplemente actualizarla a los acontecimientos de hoy, que ya no son de emigraciones a África de los colonos europeos -como en tiempos de la colonización-; sino de inmigraciones a Europa de aquellos que nada tienen y, por tanto, nada tienen que perder...
El amor... El amor, esa sensación que nos hace vibrar con una fuerza incontrolable y que Neruda nos dejara en sus inolvidables versos, nunca podíamos adivinar que para conquistar a las muchachas que rompen nuestros corazones, tendríamos necesariamente que utilizar en gran medida, parte de los recursos naturales y primigenios del pueblo africano.
A tal fin, este amor que nos alcanza y nos hace sentir la naturaleza humana, no puede derivar en el desamor y en cerrar las puertas a aquellos que su pecado original es soñar los mismos sueños que nosotros soñamos... De tal suerte, que allegados a este punto, podemos preguntarnos, a saber: ¿QUÉ ES EL AMOR? *Joaquín F. Castillo Eslava es un economista que ha realizado su tesis doctoral sobre la “desigualdad” en Latinoamérica (Nicaragua), basada en su experiencia de investigación en los campos agrícolas Nicaragüenses con una metodología de experimentación “NICAAA”: (En este sentido, se elabora la Metodología NICAAA que consiste en un proceso de desarrollo rural encaminado a contribuir a la transformación socioeconómica, a partir de la identificación de sus capacidades y potencialidades agrícolas, definir un concepto de agricultura familiar lo más ajustado con su entorno y valorar sus recursos endógenos, con el fin de encaminarse a la Salud Agropecuaria, es decir, Seguridad Alimentaria y Nutricional, Sustentabilidad Alimentaria y Soberanía Alimentaria.
En este caso, el trabajo centra su atención en la región de El Sauce, perteneciente al Departamento de León, conocida por las altas potencialidades de su sector agropecuario, pero también por los grandes desafíos a los que se enfrenta dicho sector para su Salud Agropecuaria.
Siguen echándose al mar. La Guardia Civil encadena jornadas consecutivas vigilando el entorno del espigón…
Este viernes ha comenzado la décima edición del ‘X Torneo Rosport Cup Navidad’ que se…
En el marco de la denominada operación Canmoney, efectivos de la Guardia Civil han desmantelado…
Varios componentes del SEIS se han desplazado esta tarde a la barriada del Príncipe Alfonso,…
Se arrastran por los suelos, se suben a las paredes, se cuelan en los patios……
El debut en la fase de clasificación al Campeonato de España de Selecciones Autonómicas para…