Seguro que alguna vez habrán tenido la rara sensación de haber vivido un hecho que está ocurriendo en ese mismo momento. Esta experiencia la provoca una anomalía en nuestra memoria de la que no somos conscientes. Se trata del desfase de una milésima de segundo del envío de la información al celebro provocando la falsa realidad de haber vivido antes ese momento. Nada grave, se trata de un pequeño fallo epiléptico conocido científicamente como ‘DEJÀ VU’, traducido al español ‘ya visto’.
El jueves experimentamos ese efecto los guardias civiles. Teníamos la sensación de haber visto recorrer la Aduana del Tarajal a Pablo Casado acompañado del presidente de la Ciudad, Juan Vivas, aprovechando la ocasión para saludar a los guardias civiles que prestan servicio en precarias condiciones y, por supuesto, prometer más guardias y mejoras en la Aduana del Tarajal. Fue una mala experiencia, porque pensábamos que era un ‘DEJÀ VU COLECTIVO’, una especie de fallo epiléptico colectivo, pero pudimos reaccionar al comprobar que nos visitó el pasado mes de agosto.
Nadie se acuerda de los pocos guardias civiles que trabajan en pésimas condiciones en la Aduana del Tarajal y, mucho menos, de los que prestan servicio en el perímetro fronterizo. Nadie se acuerda hasta que llegan unas nuevas elecciones y, con ella, el constante paseo de políticos por la Aduana del Tarajal y el perímetro fronterizo. Entonces nos visitan sonrientes, cercanos, nos dan la mano, nos prometen mejores medios e instalaciones, aumentos de plantilla para que realizar nuestro trabajo con las garantías que requiere un servicio tan importante como la entrada y salidas de personas y mercancías de nuestro país.
Todo esto ocurre, pero a ninguno nos han preguntado si funcionan correctamente los medios técnicos de la Aduana del Tarajal o del perímetro fronterizo, cuántos guardias civiles entran por turno, cuánto tiempo disponen para controlar a las más de treinta mil personas y vehículos que pasan a diario, si han percibido la productividad en el último año, si las medidas de seguridad y autoproteccion son las correctas. Ninguno pregunta eso, porque lo único que interesa es hacer un recorrido protocolario y salir en prensa.
Para AEGC el fenómeno ‘DEJÀ VU’ no es exclusivo de Pablo Casado, antes lo hemos visto en representantes del PSOE, unos haciendo el paseíllo aduanero y del perímetro fronterizo, otros desde la distancia, pero todos coinciden en prometer y no cumplir. Lo hizo el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido y hace poco el actual Fernando Grande Marlaska, ambos prometieron mejoras, pero estas no llegan y las consecuencias de la falta de personal, medios e infraestructuras la pagamos los guardias civiles y policías que prestamos servicio en la ciudad.
Lamentablemente para la clase política sólo existe la Aduana del Tarajal y el perímetro fronterizo en elecciones o cuando estamos de actualidad por las avalanchas y saltos masivos. A ninguno le preocupa las instalaciones tercermundistas que tienen los guardias civiles de la Compañía Fiscal ‘Puerto’ o la Compañía de Seguridad Ciudadana con unas instalaciones precarias para tantos componentes. Ninguno se acuerda de las promesas de hacer una nueva Comandancia adaptada a las necesidades actuales. Los guardias civiles estamos tranquilos, sabemos que no sufrimos un ‘DEJÀ VU COLECTIVO’, que no será la última vez que tengamos esa sensación, porque los paseos por la Aduana del Tarajal y perímetro fronterizo, las promesas de más medios, mejoras de instalaciones y aumento de plantilla se repiten año tras año, legislatura tras legislatura.
En AEGC no pararemos de recordar y reclamar a los políticos nuestras necesidades y, por supuesto, que los ‘DEJÀ VU’ no son exclusivos de Pablo Casado y del Partido Popular.