Las aguas pueden volver a su cauce en el Colegio de Educación Infantil y Primaria (CEIP), donde todas las partes involucradas en el conflicto generado tras conocerse sus dificultades para mantener el comedor escolar abierto más allá de mediados de mayo se han dado tres días, hasta el próximo lunes, para encontrar una solución que satisfaga o cuando menos no desaire ni a la Dirección Provincial del Ministerio ni a los dimisionarios integrantes de la Junta Directiva del centro ni al resto de la comunidad educativa del centro.
La Junta de Personal Docente optó ayer por una posición “en favor de la convivencia, la actividad y la calidad de la enseñanza en el centro, de lo mejor para el colegio”, y eligió no emitir ningún pronunciamiento público sobre el asunto “pese a que nuestra posición está muy clara” para no extender el choque. Tras diferentes encuentros personales y llamadas telefónicas, fuentes de la comunidad educativa ceutí informaron a este periódico de que la Administración “no muestra una predisposición negativa a que la actual directora [África Barreiro] se presente para seguir en su cargo en el proceso de elección abierto esta misma semana”.
Que tal hipótesis sea viable depende directamente de la Dirección Provincial porque, al no tener actualmente su plaza en ese centro educativo, necesita una Comisión de Servicios para que se pueda llevar a cabo.
La otra parte de la ecuación depende de la disposición a seguir ocupando esa responsabilidad de la propia directora, que ha mantenido un silencio escrupuloso sobre todo este tema. Según las fuentes consultadas por ‘El Faro’, Barreiro ha aceptado pensárselo al menos.
La máxima responsable del colegio durante el último cuarto de siglo cuenta con el respaldo unánime y cerrado del Claustro, del personal laboral y de las familias del CEIP Príncipe Felipe, que anteayer dejaron claro su deseo de que “todo esto sea un mal sueño y el año que viene sigan con nosotros”.
Cecilio Gómez ha venido manteniendo durante las dos últimas semanas que “no entiende” el conflicto generado por un asunto que, a su juicio, se podría haber resuelto recurriendo a los fondos procedentes de otras partidas alternativas a la que específicamente financia el servicio de comedor. En cualquier caso, ha dejado claro que nunca “pidió” la dimisión de la directora.
El jefe de Estudios, que como la secretaria del centro también ha dimitido, matizó ayer que en lugar de “gritos y faltas al respeto”, como describió el miércoles los motivos de la renuncia tras la primera conversación telefónica entre Barrerio y Gómez, lo “exacto” es lamentar el uso de un “tono” elevado.
La selección del director de un colegio público la efectúa una Comisión constituida por representantes de la Administración y del centro. Al menos un tercio de los miembros de la comisión debe ser profesorado elegido por el Claustro y otro tercio miembros del Consejo Escolar no docentes. La valoración tiene en cuenta los méritos académicos y profesionales acreditados y su proyecto de dirección.
“Tono” elevado, no “gritos”
El jefe de Estudio dimisionario del CEIP Príncipe Felipe, José Manuel Martínez, quiso precisar ayer “literalmente” los términos por los que la directora del colegio y el resto de integrantes de su Junta Directiva han renunciado a sus cargos. En su informe oficial, Barreiro atribuyó a “el tono y la falta de una mínima consideración a mi persona” las razones de su decisión. “Esos son los términos exactos en los que debemos referirnos al tema, ya que los gritos y falta de respeto son apreciaciones que no se pueden probar”, ha matizado sus declaraciones de anteayer.