El comercio de la ropa usada se siente “cabeza de turco” del caos fronterizo

Autoridades de ambos lados de la frontera acordaron vetar el tránsito de este tipo de bultos.

Una representación de la Comunidad de Propietarios de los Polígonos del Tarajal y la Confederación de Empresarios de Ceuta (CECE) mantuvieron la semana pasada un encuentro con el delegado del Gobierno para conocer los cambios en el tránsito de mercancías hacia el país vecino. Parte de estas medidas fueron acordadas con Marruecos en una reunión en la que participaron autoridades y mandos policiales de ambos lados para abordar los problemas que se están produciendo en la frontera.
Entre las nuevas directrices, los empresarios conocieron el veto a la ropa de segunda mano o usada que se traslada en bultos al reino alauí con el argumento de que la demanda de este producto está hundiendo los talleres textiles marroquíes. Una instrucción que no afecta a las personas que, por ejemplo, puedan llevar una bolsa de mano porque alguien le regaló unas prendas en la ciudad, explicaron los comerciantes tras la reunión con el Gobierno de la Plaza de los Reyes.
Bachir y Jalal, comerciantes y portavoces del grupo, ya advirtieron esta semana del malestar que esta medida ha generado entre los comerciantes dedicados a esta industria, quienes se declaran “desamparados” por este “ataque” al sector. En los polígonos del Tarajal existen 22 naves que se dedican a una actividad que, junto a las mantas, tiene bastante demanda. El colectivo solicita a la Administración que valore levantar la prohibición a estos productos.
Jalal es uno de los empresarios del Tarajal que importan esta mercancía procedente de distintas plantas de clasificación tanto de la península como de Europa, un material que recepcionan ya preparado en sacas de prendas plegadas con pesos que oscilan entre los 40 y los 400 kilogramos.
El comerciante detalló todos los impuestos que sufraga por traer a la ciudad las balas o bultos –entre otros el Impuesto sobre la Producción, los Servicios y la Importación (IPSI)–; dispone del correspondiente Documento Único Administrativo –DUA– por el global de la mercancía; el informe con el desglose de la cantidad por tipo de prendas que porta; la factura por la adquisición; tiene regularizada la situación laboral de los trabajadores; la licencia de apertura e incluso la nave asegurada.
“No sentimos cabeza de turco y el resto de comerciantes deben tener en cuenta que hoy somos nosotros, pero mañana le tocará a otro sector”, aseguró Jalal, quien invitó a cualquier perito a revisar su mercancía si es necesario despejar cualquier duda sobre el contenido de los fardos. “Estamos prácticamente en febrero y tenemos demasiada mercancía de invierno en el almacén porque nos ponen problemas para sacarla a Marruecos”, lamentó.
Uno de los requisitos que tiene que cumplir esta mercancía se refiere a la desinfección de la ropa ya que, sin someterse a esta proceso, puede suponer un riesgo para la salud pública. Toda la ropa en mal estado es rechazada para su venta, como informan los sitios en internet de estas plantas. La mercancía suele estar clasificada por calidades, género y temporadas.
“Con nuestra compra en Ceuta, generamos empleo en España dando trabajo a estas fábricas”, destacó Jalal, quien mantiene relaciones comerciales con esta industria en localidades como Alcoy y Elche.
Una de las empresas internacionales que venden ropa de segunda mano a los negocios locales se llama Eurofrip y tiene más de 50 años de experiencia en el sector, clasificando más de 45 toneladas de prendas de prendas de calidad a diario y cuyas ‘balas’ se caracterizan por un embalado de color amarillo y azul.

Las ONG y sociedades con ánimo de lucro, al frente del reciclaje textil

La Asociación Unificada de la Guardias Civiles (AUGC) analizó la semana pasada las medidas adoptadas en la circulación de productos de Ceuta a Marruecos. En cuanto a la prohibición de no pasar ropa usada, "es Marruecos la que debe controlar el paso hacia su país y España debe controlar las mercancías que entren a nuestra jurisdicción", señaló esta entidad. "La ropa usada que se lleva a Marruecos debería ser investigada porque podría tratarse de organizaciones que adquieren estas ropas haciéndose pasar por ONG y en lugar de darlas a los necesitados acaban vendiéndolas a países del tercer mundo", alertó en un artículo publicado en El Faro. "Eso sí es competencia de las fuerzas de seguridad de nuestro país, pero no el tránsito hacia Marruecos porque no se trata mercancía ilegal", puntualizó la AUGC en su colaboración.
Jalal, comerciante dedicado a las prendas de vestir de segunda mano en los polígonos, confirmó que muchas ONG venden la ropa que recolectan para financiar sus proyectos sociales, partidas que pueden pasar por los polígonos del Tarajal en dirección al país vecino. Sin embargo, también existen sociedades con ánimo de lucro que se dedican a la industria del reciclaje textil y cuentan con contenedores de recogida de prendas usadas en las principales ciudades españolas.