Día de nervios, de espera y de cábalas. Al menos el de hoy para los partidos políticos que se presentan a los comicios del 22-M. A partir de las 12.30 horas el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) colgará en su web (www.cis.es) los resultados de las encuestas pre-electorales que ha llevado a cabo en todas las comunidades y ciudades autónomas. También ha realizado siete estudios en los municipios de Barcelona, Madrid, Santiago de Compostela, Sevilla, Valencia, Vitoria y Zaragoza.
¿Pero qué hay de nuevo en estos datos?, ¿qué aporta el CIS que no lo hayan aportado ya las encuestas conocidas por diferentes vías? Quizá la veracidad de los datos concluyentes, aunque en el caso de Ceuta acertó sólo parcialmente en el último de los sondeos llevados a cabo, en el año 2003. Y parcialmente lo fue porque supo de la mayoría popular antes que nadie, aunque no acertó ni con los resultados del PSOE ni con los de la por entonces solitaria UDCE que se encargó de dar la campanada política.
¿Qué pasó en aquellas municipales? Que al PSOE el CIS, en base a los resultados obtenidos en su sondeo, más o menos que lo encumbraba a los altares, otorgándole seis diputados. ¿Los resultados?: obtuvo sólo dos, iniciándose la primera gran brecha dentro de la herida sufrida por los de la izquierda que siguió abierta en los comicios de 2007, dando lugar a la refundación socialista. A la UDCE, por contra, prácticamente la obviaron, y terminó erigiéndose en la sorpresa para todos.Posteriormente, en 2007, el Centro de Investigaciones Sociológicas ni tan siquiera llegó a efectuar sondeos en Ceuta. Las encuestas, a diferencia de otros organismos, las hacen con entrevistas personales. Una de las claves: el número de encuestados El grado de fiabilidad de las encuestas depende de muchas claves. Entre ellas, como relevante, el número de personas que han sido encuestadas y las vías usadas para ello. Es básico que ese número supere los 500 y siempre existe recelo a que las encuestas se lleven a cabo con teléfonos móviles. ¿Por qué esto último? Por la carestía de líneas fijas que existen en barriadas como el Príncipe. Esto, por ejemplo, provoca los choques tan brutales que en los resultados obtienen algunos sondeos. A esto se suma la falta de actualización al no incluirse la coalición de los partidos.