El cierre del Biutz forzará el tránsito de los porteadores por otro punto

El proyecto de reforma que Marruecos está ejecutando en su lado fronterizo y que contempla el cierre a cal y canto del Biutz (tal y como informó este medio en su edición dominical) obligará a  una readaptación del flujo comercial entre ambas zonas tal y como se entiende en la actualidad.

El tránsito de mercancías ya no se llevará a cabo a través de un paso que, inaugurado en 2005, no ha terminado por convencer ni a la clase empresarial ni a la policial. Lo que nació como una solución a periodos de apedreamientos demasiado continuados ha terminado convirtiéndose en la peor de las medidas. Nadie quiere el paso, ni las propias fuerzas de seguridad ni los comerciantes. Económicamente tampoco resulta siquiera viable a un Gobierno que desembolsa importantes cantidades económicas en las dietas que arrastran las UIP llegadas de cualquier punto de la península para garantizar la seguridad en el Biutz.
Eliminado el paso, ¿cuál será la alternativa que propondrá Marruecos y que forzará a que España se readapte a ella? Oficialmente de nada se ha informado todavía al respecto, toda vez que se trata de planteamientos urbanísticos efectuados por otra administración e incluidos dentro del plan de reforma del paso fronterizo. No obstante, pocas son las alternativas que pueden ponerse encima de la mesa y, de entre todas ellas, prevalece la habilitación de un paso paralelo a la frontera del Tarajal que facilitará el tránsito de los porteadores, de forma exclusiva, por la nave que ocupó la sociedad de Acuicultura. Los porteadores entrarían y saldrían por un paso habilitado en este punto, creado de forma paralela pero independiente a la frontera, con lo cual ya no se producirían las entradas junto al resto de trabajadores transfronterizos ni tampoco sus salidas por el Tarajal, lo que sigue provocando colapsos y retenciones.
El plan de reforma fronterizo que está ejecutando Marruecos contempla un cambio radical de todo su entorno. Además del mayor número de carriles en uno y otro sentido, se ha planificado la adecuación de una zona  para las unidades policiales y administrativas, reorganización de todo el área de taxis actuales además de disposición de una zona comercial donde se ubicaría cafeterías y punto de descanso. Como parte de ese proyecto se plantea, por parte de Marruecos, que la frontera del Tarajal sólo sea utilizada por vehículos –en sus carriles– y peatones –por otros pasos– mientras que los porteadores usarían ese otro filtro, paralelo al Tarajal pero diferenciado del mismo, para evitar los altercados habituales y ejercer un mayor control.
Con estas pretensiones a España no le queda otra que poner en marcha la parte de la obra que le toca. Así, a la anunciada reforma del entorno Almadraba-Tarajal que se hará de forma conjunta entre Ciudad y Fomento y que incluirá la construcción de rotondas y un paso elevado, se sumarán actuaciones para hacer la ampliación fronteriza del lado español para evitar el efecto embudo y dialogar para buscar la salida y entrada de porteadores echando el cierre definitivo al Biutz.
El Ministerio del Interior ya está estudiando la forma de financiar la reforma española, de hecho se ha puesto sobre la mesa dicha actuación como una de las prioridades, contemplándose la única posible ampliación que, sobre la mesa, puede hacerse hoy por hoy: ganando espacio al mar y ampliando por esa parte los carriles necesarios al objeto de que no se ocasione el temido embudo.
Con la OPE encima y teniendo en cuenta la ralentización de las obras que se ha producido en el lado marroquí, quedan meses por delante para que los cambios empiecen a tomar forma de una manera drástica.

¿Alguien sabe lo que hacer con  el tráfico de la mercancía?

Sobre el Tarajal ha habido tantos proyectos como administraciones de distinto signo político. La inexistencia de un criterio válido ha hecho que durante muchos años se haya estado experimentando sobre cuál podría ser la mejor solución. El cierre del paso de Benzú provocó el incremento del tráfico de mercancía mediante técnicas irregulares como la del voleibol, que dejó muchos enfrentamientos en el camino. La apertura del Biutz y los posteriores cambios en el tráfico tras la muerte de dos porteadoras en nada ha mejorado la situación de caos que se sucede en el lugar. Ahora, forzado por Marruecos, hay nuevos cambios

“Sin diálogo” en el Paso

J. Oliva ceuta
Las calles de la II Fase del Polígonos del Tarajal y parte de Alborán eran ayer un hervidero de personas. Las hileras de porteadoras se prolongaban decenas de metros hasta penetrar en otras fases de la superficie de naves. Los comerciantes afectados aseguraron que el tránsito de marroquíes cargados de mercancías a través del Biutz estuvo “paralizado de 9.30 a 12.30 horas”, con la consecuente interrupción del acceso a sus establecimientos porque una “pared humana” bloqueaba su entrada.
Mujeres, hombres y abundante mercancía, en parte bultos, se amontonaron en las arterias del polígono, como volvieron a denunciar ayer de forma pública los empresarios. Como ocurriera la semana pasada, el colectivo apuntó a la “descoordinación” entre el Cuerpo Nacional de Policía y la Policía Aduanera marroquí para explicar el “colapso”. Aseguran que entre los agentes han oído el argumento de que “no están aquí –refiriéndose al Tarajal– para seguirle el juego a Marruecos”.
Según relataron los comerciantes, esta semana estuvo marcada por la “prohibición de introducir bultos” en Marruecos, una decisión de las autoridades del reino alauí motivada por causas que la asociación desconoce. Por su parte, la Policía Nacional negó la entrada no solo a esa mercancía difícil de identificar porque está envuelta, sino a su totalidad, incluyendo los productos visibles, protestaron los empresarios que, insistieron, comprueban cómo sus establecimientos “resultan perjudicados con estas medidas” .
La “falta de diálogo” entre ambas fuerzas de seguridad “provocó los atascos”, sentenciaron los empresarios, quienes respetan la labor de los agentes pero consideran que el trabajo podía continuar con las pautas marcadas por grupos desplazados con anterioridad a Ceuta. “Si los policías desplegados tuvieran más experiencia en el Biutz, como ocurría antes, dejarían los bultos aparte y esa medida permitiría que el resto de mercancía atravesara el paso”, lamentaron los comerciantes.
Los propietarios de las naves solicitaron que sean siempre los mismos grupos de la Policía Nacional los que presten servicio en el polígono, rotando entre los mismos, y rechazan que siempre sean nuevos porque “tienen que volver a aprender el funcionamiento del Tarajal y eso produce situaciones como las que hemos criticado en las últimas semanas”.
Además, continuaron, el traslado de agentes de puntos tan distantes de la ciudad como Galicia o Valencia “incrementan los gastos de un Gobierno que siempre habla de austeridad”.