El calvario de una familia ceutí en el Hospital Universitario de Ceuta

Antonio Moreno Pérez, jubilado de la Autoridad Portuaria de Ceuta, de 72 años, ingresó el pasado 13 de febrero en el Hospital Universitario de Ceuta, para ser sometido a una intervención programada por el equipo de Urología de dicho centro hospitalario, consistente en una extirpación completa de la próstata tras detectársele un cáncer en la misma.

En principio, según palabras del doctor que iba a operarlo, Dr. Saceda, jefe de Urología, tras tres o cuatro días de hospital, estaría en casa. Tras la operación practicada por dicho doctor, se le indicó a la familia que todo había salido bien; pero a las pocas horas de la intervención, nos indican que había surgido una complicación y que debía permanecer en la UCI.

Parece ser que la “exitosa operación” no fue así, algo debieron “hacer” de forma incorrecta o “no hacer” de forma correcta, que este paciente le dejaron de funcionar los riñones, motivo por el cual, debió permanecer varios días más en la UCI “enganchado” a una máquina de diálisis. Tras dichos días en la Unidad de Cuidados Intensivos, de forma urgente le tienen que intervenir nuevamente, para corregir “algo” que en un principio no se hizo bien. Según indica la propia familia y desde su desconocimiento de la medicina, al parecer, en la primera intervención se cometió el error de cortar algún conducto que unía la uretra con la vejiga, lo que provocó que los riñones se colapsaran y dejaran de funcionar. En esta nueva operación quirúrgica, intervino el doctor Luis.

Según manifiestan a la familia, esta segunda operación también había sido un “éxito”. A los dos días siguientes le pasan a planta. Allí cada día que pasaba, acudía un urólogo distinto (parece ser que en esa “exitosa” unidad existen 4 urólogos), cada uno con un criterio diferente que generaba en la propia familia y en el propio paciente cada vez más desconfianza e inquietud y ello sin hacerle ningún tipo de prueba médica de forma objetiva que verificara que todo estaba bien; sólo se limitaban a ver cómo estaba el paciente en un par de minutos y nada más.

Tras nueve días más en planta, viendo el calvario e impotencia de la familia, que veía que pasaban los días y el enfermo no mejoraba (porque evacuaba más orina por el drenaje que por la sonda), deciden solicitar en el servicio de atención al paciente, una segunda opinión médica en otro centro hospitalario, en este caso, en el Hospital de referencia para Ceuta que es el Hospital Puerta del Mar de Cádiz.

Parece ser que dicha solicitud, “algo” debió mover, puesto que, al día siguiente, lo que no fueron capaces de hacer durante más de 9 días, lo hacen después de dicha solicitud de evacuación. Le hacen un TAC con contraste y una analítica. Después del resultado de lo anterior, los citados doctores, pese a que el paciente lleva una bolsa adosada a su cuerpo con la orina e insufribles dolores, le quieren dar el alta sin evacuarlo para esta segunda opinión médica tan ansiada por la familia. No es comprensible que una persona acuda a dicho centro hospitalario para ser sometido a una intervención quirúrgica de extirpación de la próstata y salga con dichas dolencias y anomalías.

Algo no se hizo bien. Le indicaba el doctor Luis a la familia, que en toda operación quirúrgica surgen complicaciones. Pero esto no es una complicación propia de dicha intervención y creemos que sí de una presunta mala praxis o de un error humano en la primera y segunda intervención, puesto que, tras la segunda intervención, parece ser que existe una fisura en algún conducto que hace que de momento deba llevar una bolsa para contener su propia orina. Indicaban dichos doctores que, en cualquier caso, sería aconsejable realizar una tercera operación. Ni una más en dicho centro hospitalario con dicho equipo de urología.

Lo que la familia implora y desea de forma persistente es su urgente evacuación hacia el hospital de Cádiz y que sea valorado por el equipo de urólogos de dicho centro. ¿Cómo quieren que nuevamente confiemos en sus “exitosas intervenciones”? De ninguna manera, y sólo deseamos lo mejor para nuestro familiar y que pronto se recupere de este calvario que está viviendo por la incomprensión e incompetencia de dichos doctores, pese a que están rodeados de unos magníficos y atentos enfermeros y auxiliares.