El bulto alcanza su precio máximo, 130€

El registro de la Agencia Tributaria el lunes empuja a sacar la mercancía “cueste lo que cueste” l Ayer fue
el claro ejemplo de que el Tarajal funciona hasta que Marruecos corta el tránsito. Entonces, viene la avalancha.

 Ayer el precio del bulto logró un récord inesperado, 130 euros por cruzar la frontera con fardos de ropa china. Inesperado el precio si bien consecuencia de la última actuación de la Agencia Tributaria, tras el registro que efectuó el pasado lunes en un almacén de la Almadraba, donde los agentes intervinieron fardos de mercancía, entre otros efectos. El precio del bulto, explicaron ayer a El Faro, ha subido “exponencialmente” ante el temor de nuevas actuaciones en las naves consigna del Polígono. “Quieren sacar las evidencias cueste lo que cueste”, aseguraron a este diario.
Concretamente ayer se dio la feliz coincidencia de que el tránsito fronterizo en el Tarajal fue excepcionalmente fluido. El motivo, las autoridades marroquíes dejaron pasar las mercancías del comercio transfronterizo durante buena parte de la mañana. Tal vez en esta cuestión ha influido la visita el pasado martes de las autoridades de Castillejos, Rincón y Tetuán al Tarajal para comprobar in situ lo que allí está sucediendo y que este diario plasma cada día en sus páginas.
Sin embargo, al filo de las 13:00 horas empezó a correr la voz de que la frontera de Marruecos había cortado el paso de mercancías. Irremediablemente, los porteadores comenzaron a acumularse en las inmediaciones de la rotonda del Tarajal. Empezaba a fraguarse la primera avalancha del día.
En cuestión de una hora, cientos de camalos ya preparaban sus bultos para cruzar a la carrera la frontera. Aprovechan que son varios centenares para correr hacia el puesto fronterizo justamente cuando la fila de vehículos ya atasca la entrada al Tarajal.

Una situación inabordable
Al grito de ‘Al·lahu àkbar’ una mujer cogía sus fardos y bolsas para iniciar la carrera hacia Marruecos y así lograr el jornal del día. Una vez pasada la avalancha, la rotonda del Tarajal vuelve a la calma relativa. Momento ideal para decenas de mujeres que se pegan al muro para coger sitio y así ser las primeras al día siguiente para recoger sus bultos y cruzar a Marruecos. Son las 14:30 horas y ya empiezan a hacer cola hasta el día siguiente. Pasan allí la noche sin que las autoridades puedan hacer mucho.
Se trata de mujeres marroquíes que, en teoría, no deberían pernoctar en Ceuta. Pero si la Policía empieza a aplicarles la Ley de Extranjería a estas mujeres se encontrarían rápidamente en la comisaría con cerca de 200 mujeres.
Una situación inabordable que obliga a consentir una situación cuya solución, nuevamente, no está en manos de los agentes españoles. Son éstos los que transmiten a este medio que la falta acuciante de medios les impide controlar y evitar estas peligrosas avalanchas. Únicamente pueden controlar que la avalancha no se desmadre demasiado poniendo en peligro a otros viandantes, como por ejemplo los niños.
Y es que la hora en la que se producen las avalanchas de porteadores coincide con la salida del colegio de los niños. Madres con sus hijos de la mano o en el carrito no pueden evitar verse en medio de una avalancha si ésta les sorprende cuando están a punto de cruzar la frontera del Tarajal. Y es una preocupación para nuestros agentes, tanto o más que los propios porteadores. Ante lo desbordante de la situación y la fala de medios, únicamente sólo se puede aplicar el sentido común para evitar que unos y otros salgan lastimados, en el mejor de los casos, de esas avalanchas.

La crisis, la necesidad...
Y es que la necesidad empuja. Tanto es así que incluso ciudadanos ceutíes sin trabajo y sin derecho a ninguna prestación, pues ya las han agotado todas, ven cómo única salida dedicarse al comercio transfronterizo. El bulto se paga bien. Entre 20 y 80 euros cada uno según se cruce el Biutz o el Tarajal.
Unas cantidades nada despreciables cuando se tienen cargas familiares y económicas y más atractivas si cabe si el bulto de ropa china se paga, como ocurrió ayer a 130 euros.
Algunos de estos ceutíes que quieren dedicarse al comercio transfronterizos se quejaban ayer a El Faro porque, aseguran, la Policía Nacional les retira de la cola del puente del Biutz impidiéndoles pasar bultos al país vecino para ganarse la vida. Este “veto” a los ceutíes les aboca, aseguran, a la delincuencia porque “muchos tienen cargas familiares, ya no perciben prestaciones y no les queda otra forma de ganarse la vida”.
Uno de los comerciantes que ayer habló con El Faro en el Tarajal aseguró que él compra en las naves mercancías con un desembolso de más de 20.000 euros. El empresario al que le compra le dio un carné que le acredita como cliente habitual, pero ayer la Policía Nacional en la frontera, siempre según la versión de este comerciante, le quitó ese carné sin más explicación. Se mostró molesto por la situación y afirmó que si la Policía cree que ese carné era falso podrían preguntar al empresario si efectivamente es auténtico o no. Indicó que trabajan para él algo más de 200 camalos para pasar la mercancía a Marruecos y el hecho de que le hayan retirado ese carné, insistió, le perjudica.

Así se ve una avalancha de porteadores desde dentro: