Estudiantes, profesorado y personal no docente del Beatriz de Silvar guardaron tres minutos de silencio además de dedicar una oración a Ilias y Naira, fallecidos cuando quedaron atrapados en su vehículo al caer al mar.
El grupo A de Educación Infantil de cuatro años del centro concertado Beatriz de Silva ya nunca será lo mismo sin Ilias y Naira. Más de 500 alumnos y compañeros de los menores fallecidos se reunieron ayer en el patio del colegio, compartido por los niveles de Educación Primaria y Secundaria, para celebrar un acto íntimo en recuerdo de unos niños que, el viernes pasado, asistieron a clase como cualquiera de sus amigos.
Estudiantes, profesorado, personal no docente y el equipo directivo del centro se dieron cita pasadas las 10.30 horas para demostrar su cariño de forma unánime por los hermanos que perdieron la vida la noche del viernes al quedar atrapados en el vehículo que conducía su madre y que cayó al agua desde el Muelle de España por causas desconocidas hasta el momento.
Tras la lectura de un manifiesto en el que ensalzaron la tristeza compartida por los alumnos del colegio y todo el personal al conocer la tragedia en la mañana de sábado, las personas congregadas en el patio del Beatriz de Silva rezaron una oración por el alma de Ilias y Naira para desearles el descanso eterno y que dios acoja a los hermanos en su seno.
Una de las partes más emotivas de la ceremonia, según destacaron algunos de los presentes, fueron los tres minutos de silencio que estudiantes y personal guardaron como muestra de duelo por la pérdida de los pequeños y la expresión de condolencia a los familiares, quienes pasan por el peor momento de su vida.
Las clases asistentes al acto oscilan entre primero de Educación Primaria y cuarto de Educación Secundaria, explicaron desde la Jefatura de Estudios, de modo que los niños de Infantil quedaron excluidos de esta ceremonia ya que es preferible, señalaron, que permanezcan ajenos a una tragedia que ha conmocionado a la ciudadanía no sólo en Ceuta, sino en la península debido a que los medios de comunicación nacionales también se han hecho de este accidente.
La Dirección del Beatriz de Silva subrayó la discreción como la pauta seguida para la organización del acto, del cual optaron por evitar su difusión debido a la potente carga emotiva de este tipo de homenajes para víctimas menores de edad.
Algunos padres trasladaron su pésame a la familia a través del centro y se sumaron al dolor que, entienden desde su posición como progenitores, están sufriendo los padres de los difuntos, Abdelkader Abdeselam y Nadia Abdeselam. Naira e Ilias, de cuatro y cinco años respectivamente, cumplían años en el mismo ejercicio pero en distintos meses del año, al principio y al final del mismo, así que estaban matriculados en el mismo nivel y clase.
El profesorado recuerda a los pequeños desaparecidos como “muy buenos y nunca estaban castigados”. Una docente del Beatriz de Silva indicó que, en alguna ocasión, llevó a los pequeños hasta su aula cogidos de la mano porque llegaban tarde, como ocurre algún día con cualquier alumno. Una representación del centro, dada la simpatía que despertaban los hermanos entre los profesores, asistieron al velatorio en calle Canalejas, donde las plegarias duraron hasta altas horas de la madrugada del domingo.
La Asociación de Vecinos de Azcárate-Maestranza, a través de su presidenta, Ana Mesa, trasladaron sus condolencias a los familiares, allegados y conocidos de los menores y sus parientes.
Quienes mayor contacto tenían con los menores, aparte de sus familiares, eran de su entorno más próximo, es decir, calle Canalejas y Plaza Azcárate, además de sus conocidos en el Poblado de Regulares, barriada de la abuela paterna. “Los dos eran muy simpáticos: Naira graciosa y tímida e Ilias muy despierto”, comentó una de estas personas.
Los alumnos de niveles inferiores, informaron desde la Jefatura de Estudios, desconocían qué ocurrió en el Muelle de España en la noche del viernes.
Ramia tardará varios días en incorporarse
Nadia Abdeselam y Abdelkader Abdeselam, padres de Ilias y Naira, tienen una tercera hija fruto de su relación llamada Ramia y matriculada en tercero de Primaria en el centro concertado Beatriz de Silva, donde asistían a clases los menores fallecidos. Esta niña, cuya edad ronda los nueve años, se ausentó ayer por causas evidentes. Según adelantaron desde la Jefatura de Estudios, su tutora prevé que no asista a clase durante unos días y hasta que la familia se reponga del trágico accidente del viernes.