El Banco de Alimentos busca un nuevo almacén para albergar mercancías

Los responsables del Banco de Alimento han puesto sus miras en una antigua instalación militar de la avenida Otero, que está en estos momentos sin uso, para reubicar allí el almacén, ahora localizado en los garajes de las 225 viviendas de Loma Colmenar.

Su presidente, Pedro Mariscal, ha solicitado varias veces un cambio de situación del almacén, ya que el actual no responde a las necesidades de esta entidad, tanto por su localización como por su acondicionamiento. “Creemos que hasta ahora ha resuelto bien el problema de espacio, pero se nos ha quedado pequeño”, explica Mariscal.
En los últimos meses el Banco de Alimentos ha llevado a cabo una búsqueda de un local más  apropiado para albergar las toneladas de mercancía que les llegan periódicamente. No esta solo en este empeño, ya que tanto la Delegación del Gobierno como la Ciudad Autónoma también se han puesto a ello.
Hay que recordar que solo en el último mes están albergando cerca de 45.000 kilos, fruto de las aportaciones de la Gran Recogida llevada a cabo a finales de noviembre y de las que se han producido con posterioridad por otras entidades, como la Delegación del Gobierno, que recientemente les donó una tonelada.

Problemas en Loma Colmenar
Uno de los problemas de las instalaciones que utilizan en Loma Colmenar, que fueron cedidas por la Ciudad Autónoma, radica en la altura de las mismas, que es de apenas de 2,5 metros, escasa para poder maniobrar con la traspaleta con la que mueven los palés de mercancías. También tienen problemas de accesibilidad  y sobre todo por el hecho de que están guardando mercancía destinada al consumo humano en un lugar que no deja de ser un garaje, donde las conducciones de saneamiento, por ejemplo, están al aire. “La situación no es sostenible por mucho tiempo”, añaden.  También tienen problemas de accesibilidad e incluso de seguridad.
Por este motivo y ante este cúmulo de circunstancias, el Banco de Alimentos va a solicitar la mediación de la Ciudad Autónoma, que mantiene actualmente conversaciones con el Ministerio de Defensa para la cesión de propiedades fuera de uso, con el objetivo de que la Comandancia General de Ceuta les permita utilizar este almacén, junto a la antigua fábrica de harina, que en opinión de Pedro Mariscal reúne las condiciones para poder guardar allí la comida hasta su reparto a las entidades con las que trabaja el Banco de Alimentos. “Sobre todo no molestamos a nadie, está en un lugar más céntrico, dispone de vigilancia y está mejor acondicionado para poder conservar sin problemas los alimentos”, añade. “Para nosotros es el lugar idóneo, al menos temporalmente mientras encontramos una ubicación que sea definitiva”, matiza Mariscal.

Alquilar o construir
El Banco de Alimentos se está planteando alquilar o incluso construir una nave que sirva para ese cometido, aunque esta última opción parece más lejana en el tiempo. “Mientras gestionamos si alquilamos o incluso construimos necesitamos con urgencia disponer de un nuevo sitio y de todo lo que hemos visto hasta la fecha este almacén nos parece el más adecuado”, indica Pedro Mariscal.

Objetivo, recuperar excedentes alimenticios

Los Bancos de Alimentos son organizaciones sin ánimo de lucro basados en el voluntariado y cuyo objetivo es recuperar excedentes alimenticios  y redistribuirlos entre las personas necesitadas, evitando cualquier desperdicio o mal uso. En Ceuta lleva funcionando como tal más de dos años ya. En España, cincuenta y cinco Bancos de Alimentos forman la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL) que a su vez es miembro de la Federación Europea de Bancos de Alimentos (FEBA) con sede en París.
Los Bancos de Alimentos donan los alimentos que obtienen a instituciones oficialmente reconocidas que ayudan a los más necesitados colaborando así a la lucha contra el despilfarro, a la integración social de personas en peligro de exclusión y a la protección del medio ambiente evitando la destrucción de alimentos. En Ceuta no distribuye directamente a la población, sino a través de cinco entidades colaboradoras, que se encargan de atender a una población que supera ya las 7.000 personas.