En la balada de Goethe, el joven aprendiz aprovecha la ausencia del mago para reproducir su magia y hacer obedecer a los espíritus tras haber aprendido de memoria sus gestos y las palabras mágicas. Comienza por ordenar a una escoba a que vaya llenando de agua los cubos. Pero la escoba comienza a desobedecer y cuando quiere que esta pare se da cuenta de que ya no recuerda las palabras mágicas así que coge un hacha y la parte por la mitad con el resultado de que las dos mitades cobran vida y acaban por inundarlo todo. El mensaje de esta historia es algo así como “no empieces lo que no puedes acabar”.
El advenimiento de Sánchez es el de un nuevo aprendiz de brujo que cree saber los mecanismos del gobierno, que cree que va a poder dominar las fuerzas mágicas y oscuras pero que en realidad ha iniciado algo que no sabe (pero que los españoles pagaremos a buen seguro) como va a terminar. Y al igual que en el relato de Goethe (que es además una crítica a las creencias en lo mágico y lo extraordinario) los socialistas creen tener la solución a todos los problemas sin más necesidad que su sola presencia. Basta tan solo con su vuelta al poder para que todo mejore y se solucione de forma mágica, porque ellos recuérdenlo, son la superioridad moral personificada, son los de los progreso, aliados para la ocasión con otras fuerzas no menos “progresistas”: los racistas pedecatos y sus imitadores aranistas y los comunistas de chalet.
Así que en días cien (por darles un margen clásico), los problemas de España deben desaparecer por arte de birlibirloque, ya no deberá haber problema alguno con el separatismo en Cataluña porque como dicen los podemitas la cuestión tiene una solución política (imaginen cual), las empresas volverán a Cataluña como las golondrinas beckerianas encantadas con la nueva situación, se habrá acabado el paro como en los gloriosos tiempos de González y Zapatero, habrá pensiones de miles de euros mensuales para todos y sin que se quiebre mágicamente la caja de las pensiones (como en la era Zapatero), se construirán millones de viviendas que serán entregadas gratuitamente por constructores solidarios a la vez que los okupas podrán disfrutar de los bienes ajenos con total garantía, la ley de memoria histórica no será necesaria porque ya no habrá memoria, en la arcadia feliz tal y como vaticinaba Marx (el de la barba no el gran Groucho) uno podrá dedicarse a lo que quiera, por la mañana a pescar, por la tarde a apacentar ganado y a mediodía a criticar, todo nuestros problemas serán resueltos.
En Ceuta por supuesto, con los socialistas en el gobierno central todas las políticas que de él dependen estarán resueltas: frontera, sanidad, educación, empleo… todo nos será dado. E incluso como los localistas piden, nos visitará Sánchez como presidente del gobierno para demostrar a nuestro vecino quien manda aquí.
Y todo ello se hará sin que el país se nos termine de romper y sin que a los españoles nos cueste esfuerzo ni dinero alguno, porque como ya dijo la nueva Vicepresidenta Carmen Calvo, aquella que fue cocinera antes que fraila, el dinero público no es de nadie. Este es el nivel.