El alcance de la bala del cañón de Melilla

En la actualidad, el alcance del espacio marítimo llamado “Mar territorial”, que es hasta donde los Estados ribereños extienden su plena jurisdicción y dominio sobre el mar y el espacio aéreo, viene determinado igual para todos los países por la Convención de Montego Bay, firmada en Jamaica en 1982, que alcanza hasta las 12 millas marinas medidas desde la costa o playa en los puntos en que el litoral es más o menos recto, o a partir de las llamadas “líneas de base recta” en los casos en que la costa forma entrantes y salientes, siempre que dos de sus crestas salientes consecutivas no disten entre sí más de 24 millas. Pero antiguamente no era así, porque existían múltiples tratados y convenios bilaterales y de zona que regían sólo para algunos países y no para todos en general, lo que daba lugar a que existiera un verdadero caos en materia de delimitación de los espacios marinos. 
Sin embargo, con el nacimiento y posterior desarrollo de la artillería, surgió a finales del siglo XVII y principios del XVIII la obra de Cornelio Van Bynkershoek que inauguró una nueva etapa ya más avanzada que vino a poner fin al intenso debate que hasta entonces se había venido dando sobre los conceptos de “mar cerrado” (aguas jurisdiccionales de cada Estado) y “mar abierto” (la alta mar, accesible a todos los Estados). El nuevo instrumento de medida del Mar territorial, “potestad ubi finitud armorum vis” (el límite del mar territorial se extiende hasta donde llega el alcance del obús) estuvo directamente relacionado con la capacidad que entonces tenía de defensa la artillería, a fin de preservarse los Estados ribereños de la posibilidad de ser atacados con cañones desde el mar, que por eso los barcos de guerra eran considerados hostiles si navegaban sin el permiso de “paso inocente” dentro del alcance de la bala de un cañón, según la potencia de le época. Después en 1782 se adoptó, también de forma general para todos los Estados, la distancia de 3 millas, y en 1959  las 12 actuales.
Pero llama poderosamente la atención el hecho singular de que, habiendo servido normalmente el alcance de la bala de cañón como instrumento de medida del espacio “marítimo” de plena soberanía, no obstante, el mismo sistema fuera utilizado luego, en el caso singular de Melilla, para trazar los límites del “territorio” de soberanía española. Y ello tuvo lugar, no exactamente por el Tratado de Wad-Ras firmado en Tetuán el 26-04-1860 con el que algunos autores erróneamente confunden, sino antes, por el Convenio que se firmó, también en Tetuán, el 24-08-1859, en cuyo artículo primero viene a decirse que: “…Conviene ceder a su Majestad Católica la reina de España Isabel II, en pleno dominio y soberanía, el territorio próximo a la plaza de Melilla, hasta los puntos más adecuados para la defensa y proveimiento. Los límites de esta concesión se trazarán por ingenieros españoles y marroquíes, tomando como base, y para determinar la extensión de dichos límites el alcance del cañón ("Caminante") de 24 (libras), de los antiguamente conocidos".
En tal sentido, el Cronista Oficial de Melilla, D. Antonio Bravo, en su artículo: "1862, precisando el Punto Cero. La Delimitación del Territorio de Melilla desde el Fuerte de Victoria Grande", publicado en "El Faro de Melilla" el viernes 29-01-2010, refiere: “El disparo de este cañón se hizo desde la cortina sur del Fuerte de Victoria Grande, desde la cañonera más cercana al saliente, o ángulo del Fuerte. La bala utilizada cayó en la zona de Farhana; fijando el perímetro "abanicado", que comprende lo que podemos disfrutar en toda la Melilla moderna, en sus 12 kilómetros cuadrados.
Este Convenio se vio ensombrecido por el ataque de los moros fronterizos, de la kábila de Anghera, cerca de Ceuta, a las obras que se realizaban en dicha Plaza, destrozando el Escudo de España. Un año más tarde, el 23 de febrero de 1860, Muley Abbas, firma la Rendición de Marruecos, de la llamada "Guerra de África", ante el General D. Leopoldo O´Donnell. Este Tratado, sobre la Rendición, con 9 artículos, que por su extensión cabrían en varias páginas, venía a paliar todas las carencias que tenían las plazas de Ceuta y Melilla. Y el 26 de abril de ese año, es cuando se firma, realmente, en Tetuán, la llamada: "Paz de Wad Ras". Llamada así, por lo de la famosa batalla, que uno de nuestros regimientos de Infantería, lleva, con todo el honor, su nombre”.
Lo que luego en 1860 se hizo en el Tratado de Wad-Ras, de 15 artículos, y así llamado debido a la batalla que se libró en el valle del mismo nombre el 23-08-1959,  fue ratificar y recoger, de forma más precisa y definitiva, la anterior delimitación territorial que se había fijado por medio del alcance de la bala del cañón de Melilla y que, en realidad, lo que se dice el trazado de dichos límites, no se pudo llevar a cabo hasta el Tratado de Límites de 1862, cuando fueron colocados los hitos que delimitaron el Campo Exterior de Melilla, tomando como distancia el alcance de la bala de dicho cañón (2.900 mts.) disparado desde la Ciudad Vieja, Fuerte de Victoria Chica; no habiéndose podido realizar antes el trazado porque las kábilas fronterizas se opusieron tan tenazmente a su cumplimiento que el propio Sultán se veía impotente para someterlas a su autoridad, y aun tardó unos 30 años en ocuparse con plena efectividad el territorio cedido, que adopta la forma de abanico, cuya longitud de frontera con Marruecos es de 12 kms, una zona de costa de 10 kms, y una extensión de 12 kms. cuadrados. A partir de entonces, los melillenses pudieron expansionarse más, saliendo del anterior recinto amurallado y extender sus construcciones, dando lugar a la aparición del ensanche.
La posible confusión a veces del Convenio de 1859, de extensión de límites de Melilla hasta el alcance de la bala de dicho cañón, con el Tratado de Wad-Ras de 1860, sí es cierto que es fácil que pueda darse debido a su proximidad en el tiempo, a que el segundo recoge y ratifica lo que se acordó en el primero y a que, en uno y otro, lo que se hizo fue aumentar los límites de Melilla y Ceuta. En el Museo del Prado hay un óleo sobre cartón de 54 por 182 centímetros, descriptivo de la batalla de Wad-Ras, cuyo autor es Mariano Fortuna. Y los leones del Congreso de los Diputados en Madrid, fueron fabricados con bronce de los cañones capturados por los españoles a los marroquíes en la batalla de Wad-Ras, correspondiendo su autoría del escultor Ponciano Ponzano.
Agradezco muy sinceramente a los compañeros de los Tribunales Económico-Administrativos de Ceuta y Melilla el buen detalle que tuvieron el pasado día 22 de junio al obsequiarme con una preciosa réplica del cañón “Caminante”, con el que se disparó la bala que sirvió para el trazado de los límites de Melilla, en el homenaje que ese mismo día me dedicaron en Málaga la Presidenta del Tribunal Económico-Administrativo Central de Madrid y otras personalidades y compañeros, con motivo de mi jubilación a los 69 años, tras llevar 51 de servicio en la Administración y haber permanecido como Presidente de ambos Tribunales desde 1999. Esa réplica tan bonita del cañón de Melilla, junto con los demás obsequios que se me hicieron, por saber que soy aficionado a la Historia y al Derecho Marítimo, los tendré ya de por vida expuestos en lugar preferente de mi casa, en señal de gratitud y muy afectuoso recuerdo hacia quienes tan generosos han sido con mi modesta persona, y también en señal de testimonio del enorme cariño que siento hacia las dos ciudades más españolas: Ceuta y Melilla.