El setenta y ocho por ciento de los ceutíes considera que la creación del estado autonómico ha sido bueno para nuestro país. En esa misma cifra se enmarca también Navarra, estando únicamente por encima Extremadura con un ochenta y uno por ciento. Así lo pone de manifiesto el 'Informe España 2010. Una interpretación de su realidad social', elaborado por la Fundación Encuentro que, además de la opinión pública sobre el modelo autonómico, recoge aspectos como la Formación Profesional, las profesiones sanitarias, energías renovables, situación económica de las personas mayores y de los adolescentes que cursan la ESO.
En el conjunto de autonomías se observa que Castilla y León ocupa el vagón de cola en optimismo, sólo por delante de Madrid (24%), Aragón (56%) y Asturias (60%).
Encuestados
El 45% de los encuestados opina que la gestión de los servicios públicos y oficinas de la administración funcionan igual que los de las autonomías, y sólo un 18% declara que lo hacen mejor y el 16%, peor. Si bien, las comunidades autónomas salen algo mejor paradas a la hora de evaluar los grandes objetivos en lugar de políticas públicas concretas, aunque hay diferencias por territorios.
A la hora de analizar el organismo que funciona de manera más transparente ganan los ayuntamientos (14,4%), seguido por el Gobierno central (11,7%) y el autonómico (10%), al igual que ocurre a la hora de pronunciarse sobre la institución que más caso hace a las demandas ciudadanas, con un 25,3% en el primer caso, y un 8,6 y un 8,8% en los otros dos.
En el caso concreto del modelo autonómico, el estudio arroja que, en general, el porcentaje de los españoles que es favorable a la autonomía ha crecido de manera considerable desde 1976, cuando se situaba en el 39%, hasta el 56% de 2008, lo que supone un incremento de diez puntos porcentuales en la última década y de 20 en las últimas dos.
Además, en general mejora la percepción del buen funcionamiento del Estado autonómico a partir de 2002, hasta el 50%, y aumenta la percepción de las diferencias de prosperidad entre comunidades.
En este sentido, más de un tercio de los españoles piensa que el actual modelo ha contribuido a aumentar las diferencias, cifra que se situó en el 39% en 1998.