El 63,1% de las peticiones de asilo de argelinos se presentó en Ceuta

Cear recoge en su informe la problemática del asilo así como la nula efectividad de las oficinas dispuestas en las fronteras de Ceuta y de Melilla. Advierte sobre el incumplimiento de sentencias sobre asilo.

El último informe presentado por Cear sobre las personas refugiadas en España y Europa pone el dedo en la llaga de una situación problemática que parece enquistarse en la ciudad: la que representa el colectivo de argelinos. Su salida a la península se realiza a cuentagotas, en cambio representan el grupo que más pide asilo nada más llegar a Ceuta. Sabedores de su situación de bloqueo, aprovechan el periodo de varios meses en los que se estudia su solicitud para escapar por las vías llamadas oficiosas que, a su vez, son las más peligrosas. Huyen escondidos en el interior de bateas, debajo de los vehículos o como polizones. Varios han muerto ya. Su situación parece no tener arreglo a pesar de que ha sido abordada en varios encuentros con Interior.
En 2015, casi 15.000 personas formalizaron su solicitud de protección internacional, la cota anual más alta registrada en España. El elevado aumento de la llegada de personas refugiadas originarias de Siria y Ucrania a nivel nacional justifica la notable variación respecto a 2014, cuando apenas hubo 5.947. El principal punto de entrada de las personas refugiadas sirias, la oficina de asilo del puesto fronterizo de Beni Enzar, convirtió por primera vez a Melilla en la provincia donde se presentaron más peticiones. En Ceuta dicha ‘explosión’ no fue tal, ya que las entradas de sirios se produjeron por goteo.
No así ocurre con los argelinos. Fíjense en el dato.  En cuarto lugar de nacionalidades peticionarias de asilo se situó Argelia, con 675 solicitudes, frente a las 309 de 2014. De ellas, 426 se presentaron en Ceuta (el 63,1% del total), no en la oficina de asilo de la frontera, sino ya dentro de la ciudad autónoma.El perfil mayoritario es el de hombre joven y sin cargas familiares.
¿Qué demuestra esto? Se está ante un fenómeno migratorio que no se quiere abordar con los recursos necesarios. Cada vez son más los argelinos que se quedan bloqueados en el CETI, que terminan abandonando el centro de acogida para convertir el puerto en su segundo hogar, esperando el momento en el que poder escapar a la península.
La falta de agilidad que se da a sus peticiones provoca que se cree un auténtico problema para todos: para los propios inmigrantes pero también para la ciudad y sus instituciones. Son personas protegidas ya que mientras su petición de protección está admitida a trámite son inexpulsables. Su presencia en el puerto no puede ser retirada por las fuerzas de seguridad ya que de ser interceptados en un intento de entrada en algún barco o en vehículos deben ser puestos en libertad de manera inmediata.
“En cualquier caso”, recoge el informe, “la ausencia de los datos oficiales del Ministerio del Interior sobre el pasado año lastra sobremanera el análisis de este capítulo, que también se refiere a lo sucedido en Ceuta y Melilla y a las dificultades de acceso al procedimiento de las personas que llegan como polizones a los puertos españoles o que están internas en los CIE. El último epígrafe constata, un año más, el precario compromiso del Gobierno con las personas refugiadas: en 2015, apenas 220 personas lograron el estatuto de refugiado, frente a las 384 de 2014, y 800 la protección subsidiaria, frente a las 1.199 de 2014. El porcentaje de personas que vio rechazada la protección internacional pasó del 56,14% de 2014 al 68,51%. A ninguna de ellas se le concedió la autorización de residencia por razones humanitarias”, razona.
En el informe de Cear se alude además a las dificultades que tienen determinados colectivos para poder pedir asilo en las oficinas constituidas al efecto en las fronteras de Ceuta y de Melilla. ¿Cómo puede llegar un subsahariano hasta el propio Tarajal para solicitarlo? Ninguno lo ha hecho. La oficina, desde su inauguración, no ha tenido trabajo alguno. Cear denuncia además la “deficiente información” que se proporciona a los solicitantes de asilo por parte de la Oficina de Extranjeros y de la Policía Nacional. “A pesar de las múltiples sentencias tanto de los juzgados de lo contencioso-administrativo de Ceuta, como del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, desde los citados organismos públicos se sigue comunicando a las personas solicitantes que con la tarjeta de asilo no pueden viajar a Algeciras. En ocasiones, incluso les señalan que deben quedarse en Ceuta durante toda la tramitación del procedimiento. Esta desinformación crea una enorme confusión y disuade de pedir protección internacional e incluso conduce a algunas personas a renunciar a su solicitud. Por tanto, es imprescindible incidir en la necesidad de exigir la corrección de la Instrucción”, añade.

LA SITUACIÓN

Histórica
Una problemática repetida en el tiempo
La población argelina es la que más fácil tiene su entrada en Ceuta sorteando el Tarajal. Acostumbran a hacerlo con documentación, que luego hacen desaparecer. Por su aspecto resulta complicada la diferenciación a simple vista del resto de inmigrantes, como pueden ser los subsaharianos. Llevan años denunciando su situación de estancamiento en Ceuta, al ver mermadas sus posibilidades de salida salvo en el caso de mujeres o embarazadas y niños. De trasfondo hay un problema de seguridad e informes al respecto de la Policía.

En la actualidad
Protestas
Buena parte de los inmigrantes argelinos que están en el CETI han optado por vivir fuera porque intentan, de esta manera,  buscar la vía para llegar a la península de otra manera. Una casa abandonada a los bajos del Jaral se ha convertido en su segundo campamento, además de la zona portuaria y los barracones del Sardinero en donde se ocultan. Intentan esconderse en los barcos para marchar a la península porque, dicen, son discriminados a la hora de poder formar parte de los grupos que son elegidos prácticamente cada semana para abandonar la ciudad. Lo han denunciado en varias ocasiones.