El Instituto publica el informe ‘Estado Islámico en España’ que sitúa a la ciudad como “foco” del EI.
Un nuevo informe del Real Instituto Elcano, elaborado por Fernando Reinares y Carola García-Calvo en el marco del Programa sobre Terrorismo Global, responde a a distintos interrogantes en torno al ‘Estado Islámico en España’ desde 2013. Un estudio presentado ayer por sus autores y el presidente de este centro de estudios estratégicos.
Una de esas preguntas es, ¿dónde se radicalizaron en la ideología que es propia de esa organización yihadista? El 73,8 por ciento del total de detenidos se radicalizó dentro del territorio nacional, según los datos contenidos en sus páginas. Dentro de España, son Ceuta, la provincia de Barcelona y la comunidad uniprovincial de Madrid –con el 43,3 por ciento, el 32,8 por ciento y el 10,3 por ciento de los casos, respectivamente– las demarcaciones territoriales en las que se radicalizó un mayor número de cuantos individuos han sido detenidos en España por actividades terroristas relacionadas con el Estado Islámico (EI). Por tanto, este estudio sitúa a la ciudad a la cabeza en este despreciable fenómeno.
En conjunto, el principal escenario de la movilización promovida en España por EI se encuentra en la provincia de Barcelona, pero si la atención se centra solo en los detenidos de nacionalidad española su “foco hay que situarlo entre jóvenes de segunda generación nacidos y residentes en Ceuta”.
La radicalización de los detenidos en España que iniciaron dicho proceso tras el auge de EI en 2013 se desarrolló sobre todo en “entornos mixtos, que combinan ámbitos offline y online” –a través de un entorno físico e internet respectivamente que suman el 52,7 por ciento–. Ahora bien, prosigue el informe a nivel estatal, el número de individuos radicalizados solo offline –28,9 por ciento– es “marcadamente superior” al de los radicalizados “únicamente online” –18,4 por ciento–.
Reuniones y lugares de culto
Domicilios privados –73,3 por ciento–, lugares de culto –53,3 por ciento–, centros culturales islámicos y espacios al aire libre –26,7 por ciento–, así como centros penitenciarios, destacan entre los ámbitos de radicalización offline a escala nacional. Como caso local, el informe recupera la presunta célula desarticulada en febrero de 2016, dedicada supuestamente a la radicalización de menores residentes en Ceuta, para que se incorporaran a las filas de EI sobre el terreno en Siria e Irak. “Aunque utilizaban internet y redes sociales, el adoctrinamiento se ejercía sobre todo mediante reuniones clandestinas que se celebraban normalmente a altas horas de la madrugada, principalmente en el domicilio de uno de los dos dirigentes de la célula, pero también en una tienda de comestibles que regentaba”, argumentan los investigadores.
Por su parte, los lugares de culto y centros culturales islámicos han sido, en España, continúa el estudio, ámbitos utilizados para la captación y, en menor medida, radicalización de seguidores y miembros de EI. Los condenados por la operación Cesto se sirvieron de la mezquita Atawa con estos fines. Igualmente en Ceuta, un presunto agente de radicalización y reclutamiento en favor de EI, detenido en diciembre de 2015, que rondaría el Centro Cultural Islámico Imam Warsh.
El retrato: hombre de 31 años y casado
El perfil sociológico más frecuente entre los detenidos puestos a disposición judicial en España por actividades terroristas relacionadas con EI se corresponde con el de un hombre de entre 20 y 34 años, casado y con hijos, de nacionalidad tanto española como marroquí. De acuerdo con las conclusiones de este informe del Instituto Elcano, por lo común tienen más estudios secundarios que primarios, sobresaliendo los individuos empleados como personal de servicios, los parados y quienes carecen de ocupación conocida. Aunque típicamente de ascendencia cultural o familiar musulmana, su conocimiento del islam y de la ley islámica es más bien elemental. Todo ello no excluye que sea significativa la presencia de mujeres, de conversos e incluso de universitarios.
La utilización de vínculos sociales preexistentes
Para una parte de los detenidos a nivel nacional, el proceso discurrió en contacto físico con un agente de radicalización y en compañía de otros con quienes mantenían vínculos sociales previos de vecindad, amistad o parentesco. A modo de ejemplo en Ceuta, Elcano aporta el caso del “cabecilla de la red ceutí que se servía de Atawa”. Su carisma, explican en el informe, se combina con otras facetas relacionadas con nexos familiares o de amistad, que lo potencian. Este se había convertido en un referente en los círculos yihadistas de la barriada del Príncipe, donde era bien conocido por los vecinos debido a sus detenciones. Además, en la trama había introducido a tres de sus sobrinos, según el estudio, dos hombres y una mujer.
Ceuta, el 48,9% del componente autóctono
Prácticamente la mitad de los detenidos en España por actividades relacionadas con EI desde 2013 –el 45,3 por ciento– tiene nacionalidad española, detalla el Instituto Elcano. Cuatro de cada diez –un 41,1 por ciento– son, por el contrario, de nacionalidad marroquí. Nada menos que el 48,9 por ciento de ese componente autóctono lo constituyen individuos nacidos en Ceuta y un 22,1 por ciento en Melilla, ambos enclaves
norteafricanos de soberanía española rodeados por territorio marroquí. Por su parte, el componente foráneo lo constituyen principalmente individuos de localidades de Marruecos situadas en la región de Tánger–Tetuán–Alhucemas.