El 20-N

El adelanto de las Elecciones Generales al próximo 20 de Noviembre levantan una serie de incógnitas e incertidumbres que realmente espero que no se cumplan por el bien de nuestro país en general, y de todos los españoles en particular. Cierto es que de los diez comicios generales con esta (serán las decimoprimeras Elecciones a Generales) se han adelantado en siete ocasiones, lo cual da la impresión de debilidad.  La UCD las adelantó en dos ocasiones (1979 y 1982) y el PSOE en cinco (1986, 1989, 1993, 1996 y 2011), sólo las elecciones de 2000, 2004 y 2008 se celebraron con mandatos completos.
Lo que realmente me preocupa es simple y meridiano. Moody´s una de esas empresas culpables de la crisis económica, una de esas empresas que fueron responsables de la crisis económica, una de esas entidades de valoración de riesgos que no fueron capaces de ver la que se venía encima y que sin embargo se les concede una importancia extrema a la hora de valorar la deuda de los países y que ha rebajado la nota de España y estudia seguir bajándola.
El adelanto de unas elecciones crea una serie de incertidumbres que resultan fatales de cara a la confianza inversora y a la valoración que empresas como Moody`s pueden realizar de la economía del país. Si realizásemos un análisis DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades), el cuadro representativo del mismo sería dantesco y lo sería por varios motivos. Un nuevo Gobierno no puede asegurar que la situación sea mejor. Se empezará 2012 sin tener aprobados los Presupuestos Generales del Estado para el año que viene (las elecciones son el 20 de noviembre, el Gobierno se constituirá a mediados finales de Diciembre). De cara a los inversores un país con un gobierno en funciones no resulta ni atractivo ni fiable. Todo hace indicar que Moody´s rebaje la nota de la deuda de España y no sería descabellado que de aquí a finales de año Europa tuviese que rescatarnos y por terminar, ninguna de las dos opciones llamadas a liderar un próximo Gobierno representan algo novedoso.
No soy muy amigo de reinventar o reescribir el pasado, pero lo cierto es que cuando había bonanza económica escribía, en estas mismas líneas, que era el momento de hacer caja, cuando la economía de este país la movían las constructoras se debería haber subido los impuestos en previsión de cuando vinieran las vacas flacas (aunque nadie era consciente ni se imaginaba que esas vacas serían raquíticas). Lo decía porque se bajaba el impuesto de sociedades, se suprimía el impuesto sobre el patrimonio. La política fiscal de los gobiernos del PSOE fueron continuistas de las políticas del PP, esa fue mi primera y gran decepción con Rodríguez Zapatero, todas las políticas de un Gobierno se vertebran a través de la política económica que se realice. Rodrigo Rato realizó una gran (por grande, no por buena) reforma fiscal cuando el PP llegó al Gobierno, y  ha seguido casi inamovible hasta la actualidad, con la gran sorpresa que expresé en su momento, de que prácticamente la finalizase el PSOE eliminando un impuesto como el del patrimonio, que inyectaba dinero en las arcas estatales de las clases más pudientes, un impuesto que sólo lo declaraban aquellos que tuviesen bienes y derechos por valor superior a 600.000 euros, excluida la vivienda habitual; aparte de ser una herramienta muy importante para vigilar los grandes patrimonios. Los 1.200 euros por maternidad y otras medidas que socialmente podían sonar bien, no iban acompañadas de una reforma fiscal que asegurase un colchón económico al país. Es decir se hacía caja y era el momento de que esa caja fuese mayor, se puede decir que no se sabía que vendría una crisis de esta magnitud, pero lo que si se sabía es que después de la calma lo que vendrá es la tormenta y después de nuevo la calma. Eso siempre ha sido así en todos los ámbitos de la vida, y seguirá siendo. También se le inyectaron a los bancos (responsables también de la situación) desde el Gobierno ingentes cantidades de dinero, con el compromiso de que ese dinero se moviese para dinamizar la economía, principalmente entre las familias y las PYMES. Nunca cumplieron. Una medida capitalista y muy alejada de los principios de la izquierda, puesto que junto con las reformas sociales y laborales se castigó a los ciudadanos y se ayudó a los culpables de la situación actual. Si a esto le unimos que (tal y como reconoció Rubalcaba en su discurso como candidato del PSOE) en Marzo Rodríguez Zapatero le decía que no quería que nos pasase como a Grecia y que antepuso el interés de España a los de su partido, y lo que resulta más grave (esto lo añado yo) a los de su propia ideología tomando decisiones propias de gobiernos de derechas, ese era el momento de haber dimitido, porque para tomar decisiones de derechas, mejor que lo hagan los de derechas. Ese habría sido el momento de haber adelantado las elecciones “Señores soy de izquierdas, en estos momentos tengo que tomar decisiones que van contra mis principios e ideología, y no puedo defraudarme ni a mí mismo ni a los que confiaron en mí”, hubiera sido la salida digna. Pero claro cuando se sigue y se mantiene en el tiempo una política económica y fiscal capitalista y de derechas, al final por mucho que duela se tiene que tomar decisiones de derechas en otros ámbitos, porque como dije anteriormente, la política económica de un gobierno es la que vertebra y marca el resto de políticas que se quieran realizar. Por desgracia el capitalismo y los causantes de esta crisis internacional, siguen protegidos y recuperados mientras los ciudadanos son los que sufren las consecuencias.