En “parihuelas”. Así quería llevar la ministra socialista María Jesús Montero a Juan Gutiérrez hasta la alcaldía de Ceuta. En “parihuelas” para que el puño y la rosa mandaran en plaza de África. Pero para hablar de símbolos primero hay que saber, entender, asimilar y comprender cómo funciona un partido político con historia, quién manda y también quién autoriza a sellar pactos de gobernabilidad.
El secretario general del
PSOE opta por hacer las maletas tras ser desautorizado por
Ferraz sin todavía haber explicado a los suyos qué ha pasado. Porque tras esta escandalera política que ha llevado a Ceuta a las portadas de los principales medios de comunicación nacionales hay un tirón de orejas que ni el escueto comunicado gestado en la sede de Daoiz ha parado.
Gutiérrez se ha colocado en el disparadero él solo. Y lo hizo no con sus silencios sino con sus palabras, hablando de coaliciones públicamente mientras históricos del PSOE que ni siquiera reconocen ya las formas de proceder estiladas en la sede se llevaban las manos a la cabeza.
“El PSOE… apoyos puntuales no vamos a dar”, respondía a una periodista de RTVCE. “Vamos a trabajar desde adentro si quieren trabajar con nosotros, y vamos a hacer un
gobierno de coalición. Tendremos que tener la autorización desde Madrid”, explicaba el propio Gutiérrez empezando la casa por el tejado.
El problema es que en Madrid estaban preocupados por otros asuntos más allá de fijarse en el sarpullido que le estaba naciendo a este lado del Estrecho, en donde uno de sus secretarios generales era capaz no solo de hablar de gobierno de coalición sino incluso de las consejerías que su partido estaba dispuesto a pedir.
Es como quien empieza a hacer un reparto de cromos sin tener autorización de su jefe para empezar la partida y obviando la obligada consulta a la militancia amén de abordar cualquier asunto de envergadura con la Federal.
Con el mar embravecido y un comunicado de dos párrafos preñado de incongruencias, Gutiérrez cierra la puerta a la polémica y huye de ofrecer declaraciones públicas convincentes y obligadas. Ni siquiera aparece en la procesión de la Patrona ni convoca de inmediato un comité para que los suyos conozcan la situación a la que se ha llegado.
La tempestad política
Muchos se enteraron de la tempestad por los medios de comunicación, la misma vía por la que se empezó a conocer el croquis de consejerías, sociedades y cargos plasmados negro sobre blanco en despachos oficiales.
Daoiz interpreta de la orden de Ferraz que hay que irse de vacaciones. Ni siquiera se pronuncia sobre las palabras de su líder local ni sobre lo que parece más un golpe encima de la mesa de la dirección. Un golpe asestado no precisamente por una rebelión de partido sino por lo que muchos interpretan como incapacidad manifiesta de quien lleva las riendas del socialismo en Ceuta y de lo que supone la estructura de funcionamiento de un partido político.
El
PP de Juan Vivas ha tenido que seguir la interpretación abierta a golpe de tuit por Alberto Núñez Feijóo quien ha echado mano de términos como la estabilidad, la españolidad o las peculiaridades de Ceuta para arremeter contra Pedro Sánchez.
El gallego acusa al presidente del Gobierno, de vacaciones en Marruecos, de bloquear un acuerdo por la estabilidad mientras apadrina en otras comunidades coaliciones con
Vox, formación que ya ha impuesto medidas que suponen un paso atrás en derechos.
Vivas suspende vacaciones y tira de bolígrafo y libreta para intentar conformar un gobierno de estabilidad que garantice acuerdos para las consideradas claves de una Ceuta que se enfrenta a una legislatura marcada por ambiciosos proyectos que afectan a su futuro.
En el horizonte no solo está la resolución de la incógnita del futuro gobierno local sino la manera en la que el PSOE saldrá del entuerto al que lo ha sometido quien se presentaba en campaña seguro de ganar las elecciones buscando formar un gobierno “
solidario e igualitario”. Esto lo contaba a El Faro el 25 de mayo de 2023, también que “todo lo que sea del PP tiene que salir por la puerta. El Ayuntamiento hay que airearlo” y que ganarían con mayoría absoluta. “Chico batacazo se va a dar Vivas. Nuestro único pacto va a ser con la ciudadanía y lo vamos a celebrar el domingo en Daoiz”.
Solo tres meses después de anunciar ese pacto que solo prometía con la ciudadanía, Gutiérrez contaba ante una cámara que veía factible una coalición con el mismo PP al que había aspirado a derrocar alardeando de tener un equipo con el que ahora es incapaz de tratar lo sucedido. Más importa irse de vacaciones.