¡No dimito…No dimito…No dimito…No dimito…No dimito ¡ Ha dicho, alto, claro y sin discusión alguna el presidente de la federación española de fútbol Rubiales. Y con ello, ha provocado un verdadero tsunami político y mediático en toda España. Con esta decisión ha dejado a la toda la prensa de los 500 millones regalados en estado catatónico. Si… catatónico, porque toda la cacería mediática de sus interesado juicios acusadores, que como hacen siempre acabando con la presunción de inocencia, se han visto sorprendidos. ¡Si…! sorprendidos, porque su pena de banquillo periodístico, tan usado últimamente no parece que les haya servido para nada.
Además…es que ha dicho que se querellara contra las actuales plancha camisas y nuevas neo monjas del feminismo que han considerado el beso como una agresión sexista intolerable. Y de esta manera, estas personas han conseguido que la supuesta víctima, después de haber dicho que no tenía ninguna importancia, ahora forzada por la cocción social, ha admitido que es una víctima (recordemos que la victimologia es una de las armas más poderosas de la izquierda española) y consecuentemente, ha dicho que sí, que fue sin consentimiento y pide según la prensa subvencionada medidas ejemplares contra Rubiales. Todo ello apoyado también políticamente por el presidente del consejo superior de deportes, y publicitado también por un ministro del actual gobierno en funciones. Veamos, por tanto, cual es el procedimiento para ello y sus resultados.
Y todo esto en un país que como dice muy bien la canción española del Beso… ¡La española cuando besa es que besa de verdad…podrá dar un beso de hermano…un beso en la mano…pero un beso de amor…no se lo da a cualquiera! ¡Toma ya! Luego… como fue el beso del tal Rubiales, de hermano, de mano o simplemente de amor por victoria alcanzada. ¡Vaya usted a saber…!
Sin duda es sorprendente el efecto político y social que puede tener un hecho, que según muchos no deja de ser algo anecdótico, pero bueno…el hembrismo, que no el feminismo, es lo que exige para seguir en la palestra popular. Sobre todo, cuando algunas ven alejarse sus sillones de poder y sueldo.
Oigan y a mí que conste que el tal Rubiales, nunca me cayó bien, sobre todo cuando he conocido diferentes decisiones futboleras, que hizo en tiempos pasados y que nunca fueron aclaradas. Pero seamos sinceros, esto del beso no deja de ser una verdadera estupidez, por más que algunos lo intenten y consigan consolidar como un hecho desastroso para toda la humanidad.
¡En fin…! Veremos el resultado del efecto mariposa que ha producido el beso en nuestro todavía país, dentro de unos días.
Rubiales no quiere dimitir y tiene razón para que su asunto se llegue a la expulsión y entonces reclama todos sus derechos que los perdería si hubiera dimitido,todo un astuto y bien aconsejado
Tantas veces que los medios contratan a técnicos de lenguaje no verbal y ahora NINGUNO lo hace. ¿ Temen que las expresiones y gestos de la jugadora la delaten? ¿ Por qué bromea con el gesto en los vestuarios y ahora es víctima de agresión sexual? Venganza por hechos anteriores?