Educar en contextos fronterizos

Existe un amplio consenso en relación a que un criterio básico para una educación-enseñanza de calidad es que responda a las necesidades del entorno, que se adapte a las características del mismo, en definitiva, que se desarrolle el principio didáctico de “conexión escuela-entorno”, reivindicación histórica de la renovación pedagógica. También es una cuestión que tiene poca discusión, la consideración y caracterización de nuestra ciudad, Ceuta, como un espacio-frontera[i].
La idea básica que defendemos en este artículo es que enseñar y aprender en Ceuta pasa por tomar en consideración la caracterización de nuestra ciudad como un espacio-frontera; si queremos que nuestra enseñanza sea de calidad, tenemos que responder a esta consideración, fundamental para la integración crítica del alumnado en la realidad en la que vive.
Con este trabajo queremos invitar a la reflexión sobre una serie de cuestiones relacionadas con este tema: ¿Responde la enseñanza que se imparte en nuestra ciudad a las necesidades del entorno, a esa consideración del mismo como espacio-frontera?, ¿influye esta consideración en la enseñanza?, ¿cómo se manifiesta esta influencia?, ¿formamos a nuestro alumnado para que se integre en ese espacio-frontera en el que vive?, ¿disponemos los docentes, en los distintos niveles de la enseñanza, de una formación pertinente para enseñar en una situación como la que caracteriza a Ceuta?, ¿cómo percibimos, desde nuestra óptica de docentes, esta consideración de Ceuta como espacio-frontera y qué respuesta educativa damos a esta percepción?, ¿qué visiones y percepciones tiene nuestro alumnado en relación con la ciudad en la que vive?, ¿es consciente de vivir en un espacio-frontera?,  ¿tomamos en consideración los docentes estas visiones y percepciones cuando enseñamos?, ¿qué podríamos hacer, desde las aulas de educación infantil hasta las de la Facultad de Educación y Humanidades, para responder a esta situación?... En definitiva, ¿hay una “política educativa” al respecto?
Son preguntas de respuestas complejas y densas, en las que intervienen muchas variables e influyen diversos factores, respuestas que van más allá de los límites de un artículo de prensa; si con la simple formulación de las mismas contribuimos a reflexionar sobre el tema, a plantearnos y cuestionar lo que hacemos  en nuestras clases, a incorporar estas cuestiones en nuestro trabajo como docentes y a abrir un debate, nos damos por satisfechos. En esta ocasión vamos a limitarnos a plantear algunas consideraciones al respecto, con la intención de seguir profundizando sobre lo cuestionado.
Una lectura abierta, amplia e integradora sobre la localización geográfica de Ceuta, nos lleva a establecer cinco ámbitos en la caracterización y configuración de nuestra ciudad como espacio-frontera, son los siguientes: Físico-natural, político, demográfico, económico e histórico-cultural.
Desde el ámbito físico-natural, la caracterización de Ceuta como espacio-frontera es evidente, lugar de paso entre dos continentes muy distintos, el europeo  y el africano, entre dos grandes masas marinas, el Mediterráneo y el Atlántico; su ubicación geográfica, en la orilla sur del Estrecho de Gibraltar, la convierten en lugar de convergencia entre Europa y África. Sin lugar a dudas, su situación geográfica, más allá de una latitud y una longitud concreta, le otorga el carácter de espacio-frontera, de lugar geoestratégico.
Políticamente, la localización geográfica de Ceuta también es clave, junto con Melilla, constituyen las dos únicas ciudades europeas en el continente africano, en la zona del Magreb, convirtiéndose en frontera sur no sólo de España, sino de la Unión Europea. Espacio fronterizo entre modelos políticos distintos, lo que podemos denominar “democracias occidentales”, al norte, en los distintos países de la Unión Europea, de la que formamos parte, muy asentadas, y variados regímenes democráticos o “pseusodemocráticos”, con distintos grados de inestabilidad, al sur. Por otra parte, nuestra posición geográfica determina la sempiterna reivindicación marroquí.
Desde un punto de vista demográfico, Ceuta constituye un “espacio-frontera” entre dos modelos: El de la explosión demográfica y la superpoblación, al sur, en el Magreb y en el África subsahariana, y el del envejecimiento de la población y el crecimiento cero, al norte, en España y en los países de la Unión Europea. Este hecho, unido a otros de naturaleza económica y política,  hace de Ceuta  un lugar estratégico en los movimientos migratorios que caracterizan la actualidad.
Económicamente, la localización de Ceuta la sitúa en el epicentro de un virtual “Ecuador económico”. Nuestra ciudad se encuentra en la frontera entre un norte desarrollado (Europa, lo que llamamos el “mundo occidental”), donde, a pesar de la profunda crisis económica que atravesamos, encontramos unos niveles de desarrollo económico que contrastan, profundamente, con un sur con niveles de desarrollo mucho más bajos, con un alto índice de pobreza y con una economía en muchos casos rozando la subsistencia. En pocos lugares del planeta confluyen unas diferencias económicas tan acentuadas entre el norte y el sur, entre un modelo de desarrollo, basado en el “estado del bienestar” y distintas formas de subdesarrollo. Por otra parte, Ceuta tiene una ubicación muy importante en las comunicaciones marítimas, frente a nuestras costas se desarrolla uno de los mayores tráficos de navegación de todo el planeta, aunque en las últimas décadas ha cedido protagonismo a otros puertos de la zona, como el de Algeciras o el de Tánger. El paso de mercancías, a través de la frontera con Marruecos, a pesar de no contar con una aduana comercial, es muy importante.
El cultural es el último ámbito que configura la caracterización de Ceuta como un “espacio-frontera”, nuestra ciudad representa un claro ejemplo de la confluencia de distintas culturas, fundamentalmente dos, una de origen europeo-occidental, diversa en sí misma, y otra de origen magrebí, con un grado de homogeneidad mayor que la anterior, debido, básicamente, al peso del componente religioso, islámico. Ceuta es un espacio-frontera entre dos maneras distintas de entender las relaciones sociales, los modos de vida cotidianos, las creencias, las fiestas, el papel de la mujer, de los mayores,  las tradiciones, la gastronomía, el paso del tiempo…. La variable cultural, que integra un importante componente lingüístico, entendemos que es la que más influencia ejerce en la educación y más condiciona la enseñanza que se desarrolla en nuestra ciudad.
Los cinco ámbitos planteados condicionan y configuran la realidad ceutí, provocando que nuestra ciudad tenga que afrontar una serie de retos de diversa índole, que guardan distinto grado de relación con los ámbitos que hemos comentado. Si nos centramos en retos de carácter cultural, y a modo de ejemplo, podemos señalar los siguientes: Cómo gestionar la diversidad cultural instaurada en nuestra sociedad, en nuestras aulas, barrios, familias… cómo responder/superar a/la clasificación de la población ceutí en “comunidad cristiana” y “comunidad musulmana”, esto es, las relaciones entre religión y cultura, cómo avanzar hacia una mayor convivencia, desde distintos grados de coexistencia… cómo ser respetuosos, más que tolerantes[ii], hacia modos de vida, tradiciones, costumbres… distintas a las propias. La enseñanza no puede quedarse al margen de esta situación, pues se ve especialmente influenciada y condicionada por estos retos, debe tomarlos en consideración y darles tratamiento didáctico.
Desde cada uno de los ámbitos señalados se derivan una serie de objetivos y contenidos que tienen que ser contemplados en la enseñanza a desarrollar en los distintos centros ceutíes, desde la Educación Infantil al Bachillerato y, por supuesto, muy tenidos en cuenta en la formación de los docentes, tanto en la inicial como en la permanente. Desarrollar una enseñanza de calidad en nuestra ciudad, además de otras variables a considerar, pasa por asumir una serie de implicaciones didácticas, derivadas de la toma en consideración de Ceuta como una ciudad espacio-frontera, que afectan a interrogantes básicos del currículum: para qué enseñamos y qué enseñamos, cómo enseñamos y con qué materiales y recursos lo hacemos.
Aunque el enfoque a desarrollar debe tener un carácter general e integrador, transversal,  hay áreas de conocimiento que, por su propia naturaleza, por los contenidos y objetivos que configuran su currículum, deben ocupar un lugar destacado, nos referimos, fundamentalmente, al Conocimiento del Entorno en Educación Infantil, Conocimiento del Medio y Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos, en Educación Primaria, a Ciencias Sociales, Geografía e Historia y, de nuevo, Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos en Educación Secundaria Obligatoria, y a las asignaturas de contenido histórico, geográfico y económico de Bachillerato. Además, hay otras áreas y asignaturas, como las de Lengua y Literatura, Educación Artística, Religión y Filosofía, las dos primeras, con distintas concreciones, desarrolladas a lo largo de todo el sistema educativo,  que también tienen un especial protagonismo en el tema que estamos tratando.
En la diversidad cultural entendemos que confluyen los restantes ámbitos que hemos señalado, además, su importancia educativa, como ya hemos señalado, es grande, puesto que no solo es un contenido a enseñar, esta diversidad cultural representa una realidad de las aulas en las que enseñamos, por estas razones, hemos seleccionado este ámbito para proponer unos objetivos y contenidos que contribuyan a responder a la consideración de Ceuta como ciudad espacio-frontera:
En cuanto a los objetivos, proponemos, con carácter general, los siguientes, que tendrán que ser concretadas en función de la etapa y el nivel en el que los desarrollemos:
- Analizar, cuestionar y reconstruir las concepciones culturales propias, a partir de las cuales el alumnado interpreta la realidad y actúa en ella.
- Conocer, valorar y respetar las características (modos de vida, tradiciones, producciones, creencias, historia…) de los distintos grupos culturales presentes en nuestra ciudad, destacando la importancia de dos grupos mayoritarios, el de origen europeo-occidental, y el de origen magrebí-islámico.
- Superar “repliegues identitarios”, visiones de la sociedad basadas en “nosotros y ellos” o “los otros”, propias de una coexistencia multicultural, y avanzar hacia una integración, característica de una convivencia intercultural.
- Identificar la diversidad cultural como un rasgo básico de las personas y de las sociedades, reconociendo su existencia y legitimidad, respetando las visiones culturales diferentes a la propia y valorándolas como un patrimonio a preservar.
- Comprender que la realidad en la que vivimos es el resultado de la interacción de distintos ámbitos espaciales (locales, nacionales e internacionales), temporales (pasado y presente) y personales (los otros y yo).
- Desarrollar en el alumnado habilidades, destrezas y actitudes que les permitan mantener relaciones interculturales en su entorno.
- Identificar y rechazar actitudes, comportamientos, estereotipos, prejuicios y pautas comunicativas que impliquen situaciones de discriminación.
En el ámbito de los contenidos,  también con carácter general y con la misma consideración señalada para los objetivos, proponemos los siguientes:
- Conocimiento de modos de vida, tradiciones, creencias y  producciones de los distintos grupos culturales presentes en nuestra ciudad.
- Desarrollo de la empatía o explicación intencional y de la explicación multicausal, aplicadas a situaciones de diversidad cultural.
- Recogida, interpretación y representación de información de diversa procedencia, sobre distintas manifestaciones culturales.
- Utilización del diálogo, del debate, de la negociación y de la cooperación, adquisición de habilidades sociales, comunicativas y de relación, todo ello en contextos de diversidad cultural.
- Respeto, reconocimiento y valoración hacia manifestaciones culturales distintas a las propias.
- Desde el punto de vista geográfico, tratamiento de diversas áreas espaciales, relegadas en el currículum, cuyo conocimiento se hace cada vez más necesario: Magreb, África subsahariana, Sudeste asiático, América del Sur y Central, China…
- Desde el punto de vista histórico, desarrollo de distintos temas, clásicos en el currículum, incorporando perspectivas diversas: Imperio Romano (visión de los pueblos conquistados), Descubrimientos geográficos (culturas autóctonas), Expansión del Islam (aportaciones de la cultura islámica), Descolonización (situación de los nuevos estados)…
Entendemos que los tratamientos didácticos de estos contenidos y objetivos, que proponemos a modo de ejemplos, contribuirían a dar respuesta a las necesidades educativas planteadas por los contextos fronterizos, Ceuta constituye uno de esos contextos.

[i] Sobre esta cuestión ya publiqué un artículo en este mismo medio, titulado “Ceuta, una ciudad espacio-frontera”. Véase también  R. Galindo (2009) “El espacio y el tiempo en la configuración de la diversidad cultural ceutí. La ciudad como espacio-frontera”, en Jiménez Cano, J.C. (cord.) Los imaginarios de las tres culturas. Murcia, 2008.
[ii] El término “tolerancia” proviene del latín “tolerare”, política practicada por el Imperio Romano en relación con los pueblos ocupados, éstos podían seguir con sus modos de vida, con sus tradiciones, siempre que no atentaran contra la moral del Imperio.