La educación siempre se mira desde el punto de vista académico o al menos en la mayoría de veces. Sin embargo, la educación no tiene nada que ver con nuestra cualificación profesional: un saber estar.
En todos mis años de estudios me he encontrado con déficits de educación en los demás alumnos y no quiero decir con esto que yo sea mejor que nadie. Siempre han fundamentado los malos comportamientos en que no podían hacer nada por ser una educación obligatoria (primaria y secundaria) y básicamente he tenido que aguantar sin apoyo inclusivo alguno. Ahora bien, después de tantos años se pretenden “cambiar los comportamientos” como si nada y esto en mi humilde opinión es un absurdo. Comenzando por la falta de educación que reciben en sus casas y terminando por el pésimo trabajo tanto de alumnos como de profesores por cortar de raíz ese comportamiento maquiavélico.
Estoy exasperado, cansado de escuchar siempre las mismas palabras “tranquilizadoras” del tutor, jefe de estudios y de incluso el director. Si estableces un compromiso deberías cumplirlo o al menos intentar solventar los conflictos y asegurar una calidad de estudio para quien realmente quiera aprender y una sanción justa para quien lo impida. Jugáis a ver qué instituto tiene más demanda y no cubrís las necesidades básicas como son la calidad de estudio y velar por el alumnado interesado y trabajador.
Un diez para esta reflexión. Primero decir que nadie ha comentado nada. Es lo poco que nos importa lo que pasa en los centros educativos de nuestra ciudad. A diario acuden alumnos que lo único que les interesa es molestar y perjudicar en el buen desarrollo de la actividad que toca: no dar el temario o fastidiar a mis compañeros y al profesor todo lo que pueda. Francisco Lobato en su día dijo que en los institutos se producían actos de violencia y acoso, pero que había un ocultismo por parte de quién tenía que irntervenir. O nos implicamos todos o luego que nadie se asuste.
Es vergonzoso que en pleno siglo XXI con todos los avances tanto sociales como educativos no se vele por la calidad de estudio.