El Gobierno tiene decidido realizar una reforma en la Gran Vía, calle Jáudenes y Plaza de África en lo que considera la culminación del proyecto de reforma del casco urbano que se inició a comienzos de la etapa de Vivas con la peatonalización en la práctica del tramo entre Plaza de la Constitución y la Iglesia de los Remedios y que se ejecutó en tres meses.
Un proyecto que ha levantado mucha
polémica entre el Gobierno y Caballas, muy parecida a la que se produjo cuando se fue a realizar la transformación del Paseo de la Marina Española. Sin embargo, lo que cedió el Ejecutivo en ese momento no parece dispuesto a hacerlo ahora.
No vamos a entrar sobre la dicotomía de si es obligatorio o no someter a exposición pública el proyecto. Para el Gobierno es que no, mientras que para
Caballas es inexcusable e incluso han amenazado con llevar al consejero de Fomento al Juzgado para acusarle de prevaricación administrativa.
Y la equivocación que está cometiendo el Gobierno del
presidente Vivas es que este proyecto no lo presente con luz y taquígrafos. No estamos hablando de una exposición pública, tal y como marca la legislación, sino una presentación a los medios de comunicación, una explicación de cuál es la filosofía que se ha utilizado para reestructurar esta parte de la ciudad.
El silencio, el escudarse en unas razones peregrinas no es normal, porque parece que quieren esconder algo. Unas razones que no entiende nadie, ni ellos mismos.