En una ciudad como la nuestra jugar con fuego es peligroso y eso es lo que está haciendo Caballas señalando que el Gobierno pretende la primacía de la cultura cristiana sobre la musulmana.
Que Caballas utilice todas las argucias políticas e incluso acudiendo al Juzgado para paralizar las obra es su decisión y, por tanto, respetable como cualquier otra. Lo que no parece justo es que ahora busquen un intento de que el Gobierno, con su intención de poner en valor las ruinas del antiguo convento de los Trinitarios, le haya hecho ascos a la antigua madrassa que estaba en el mismo lugar.
No parece serio, porque jugar con fuego, como decíamos antes, es peligroso y más en un lugar como Ceuta, donde las relaciones entre las comunidades, aunque no le guste a algunos, es una de nuestras principales señas de identidad.
Debería replantearse Caballas seguir atacando por ese flanco, porque no es que ya le hagan daño al Gobierno, sino que al final terminan haciendo daño a todos los ceutíes. Es utilizar en beneficio propio una situación que afecta a la convivencia entre todos.
Por tanto, las reflexiones son buenas, las mismas que pedía Aróstegui si se decidiera paralizar la obra de la Gran Vía. La cuestión es pensarse mejor las cosas antes de entrar en temas que nos pueden repercutir a todos sin miramientos, comenzando por ellos mismos.