Parece ser que en esta ocasión el Ministerio de Educación, Ciencia y Deporte
sí va a controlar el empadronamiento de los alumnos antes de asignarles un centro escolar. Con esta acción pretende eliminar todos esos casos de empadronamientos “ficticios” auspiciados por unos progenitores que desean que sus hijos e hijas ingresen en los centros que sean de su agrado y no el que les corresponde por la ubicación de su vivienda.
Una actividad que pudiera parecer inofensiva y de la cuál muchas veces se ha escuchado “qué más da dónde viva”, pero lo que muchos padres y madres no saben es que los colegios se ubican por una determinada población que vive alrededor de estos, con una planificación de alumnos y que con estas técnicas se ve alterada por el hecho de querer que el alumno vaya al colegio que mejor les parezca.
Esto implica que otros alumnos, a los que sí les correspondería entrar en estos centros, se puedan quedar fuera, sin oportunidad a elegir otras escuela, aceptando ser reubicados, mientras otros alumnos ocupan el lugar que no les corresponde.
Sobre el papel, esta medida tiene muy buen fin, sin embargo, los controles que tiene que seguir el Ministerio para controlar el empadronamientos son muy exhaustivos. Concordancias entre DNI y empadronamiento, además de otras cuestiones. Es complicado, aunque posible. Lo que no se sabe es si una vez hecha la norma, también se harán nuevas trampas para lograr el objetivo.