A cinco días del grave incendio ocurrido en el edificio de colores, en Ceuta, las labores de los efectivos del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) no cesan para así poder garantizar la seguridad de los vecinos e ir minimizando los riesgos tras un evento de tal magnitud.
Este miércoles ha sido una mañana muy ocupada para los bomberos que han ingresado al establecimiento donde se generaron las llamas con medidores de calor, martillos, cinceles y varas, con el objetivo de evaluar la temperatura y verificar la estabilidad del inmueble.
También se han dedicado a picar el techo para estudiar el interior. Todas estas labores como parte del protocolo posterior al incendio.
Al lugar se han trasladado dos unidades del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento con los efectivos que han estado a cargo de estas labores.
Mientras tanto, varios operarios de Obimace se han encargado de sustituir las vallas azules que habían permanecido en el lugar desde el día del siniestro por otras de metal, más altas y firmes, curbieras por una lona verde, tomando en cuenta que el perimetrado permanecerá por más tiempo de lo que se tenía pensando como medida para reforzar la seguridad en el lugar.
Igualmente, en compañía de la seguridad privada, los vecinos del edificio de colores que resultaron afectados como consecuencia del incendio han podido ir subiendo uno a uno con maletas en mano para así poder ingresar a sus pisos durante corto tiempo y poderse llevar lo necesario, comenzado por la primera planta.
Desde lo que comenzó la tarde del viernes han sido días de labores constantes en el edificio de colores, comenzando desde el primer momento cuando más 50 bomberos que participaron en las horas más críticas que culminaron en la madrugada del sábado cuando finalmente pudieron controlarse las llamas.
Tras enfrentarse a casi mil grados, el trabajo de vigilancia se mantiene al tiempo e enfrentar las consecuencias que ha dejado el siniestro.