El Ramadán se siente en gran parte de los barrios de la ciudad: en sus colores, sus aromas, sus sonidos y en sus vecinos, radiantes al caer el sol. El olor a dulces y harira se apodera de las barriadas en donde, al atardecer, las familias se reúnen para romper el ayuno. Una de ellas es la populosa Hadú. Allí, en plena Avenida Teniente Coronel Gautier, se encuentra la ‘Pastelería-Obrador Nabil’ que ya a la distancia huele a Ramadán. Un idilio para los sentidos que supone la lucha de la voluntad para no caer en la tentación hasta para los menos golosos. Esa dulce atmósfera que empaña los hogares en esta época, y que convierte al mes sagrado en un tiempo en el que la gastronomía cobra sentido, tiene en este tradicional establecimiento de barrio su punto de partida.
La pastelería reduce dimensiones durante este mes al incorporar frente a la permanente vitrina una larga mesa en la que se exhiben más de una decena de tipos de dulces en cantidades industriales. Tan solo con una semana de antelación comienzan a prepararlo, explica una de sus dependientas, Mariam. “Aquí hay un arraigo de más de 30 años y se hace rápido”.
La afluencia del público es constante durante toda la jornada. “Pero ahora en Ramadán más”. Las palabras sobran. Apenas han transcurrido 24 horas desde el primer ayuno y la zona dedicada en exclusiva a estos dulces manjares comienza a estar raquítica. Aunque no solo los musulmanes caen rendidos. Más de un caballa de otras comunidades se dejaba caer por ‘Nabil’ en busca, sobre todo, “de selous y chuparquías”.
Los dulces típicos se cifran en decenas y se elaboran con más de 18 ingredientes cada uno
Además de las tradicionales chuparquías y el polvo de almendras, una de las clientas encargaba dulces con diferentes frutos secos y otros de pasta brick que están rellenos de almendra y bañados en miel. “Son típicos de Ramadán”, aseguraba la dependienta. Los rollitos crujientes de cacahuete son otro de los manjares que acompañan a la comunidad en el noveno mes lunar. “Una de nuestras especialidades es el pan dulce, tierno y delicioso que traemos a nuestro punto de venta recién hecho”, explicaba Mariam a FAROTV.
Desde la mhancha, el khanet, la brewat de almendra o el calórico selou para tomar después de la harira y del que ofrecen hasta en tres tipos diferentes, uno de ellos apto para diabéticos. Sin olvidar a la famosa chuparquía, presente en cinco clases distintas. Es multiforme, desde la tradicional elaboración rizada a la que adopta el formato de ovillo en finas tiras, y siempre igual de deliciosa con su baño en miel.
Chuparquía de mil formas: Desde la tradicional elaboración rizada a la que adopta forma de ovillo en finas tiras, y la deliciosa con baño en miel
En el establecimiento de Teniente Coronel Gautier tienen a la venta una modalidad menos conocida que está cocinada con sésamo y sémola. El esfuf, polvo de almendra y especias, que también asoma en el expositor. “Se toma a cucharadas con la harira y el té; sin olvidar los dátiles, que también los tenemos rellenos de frutos secos”, recordaba la joven.
A la pregunta de: “¿y con qué se hacen?”, se abre una larga lista de alimentos difícil de memorizar. “Hasta 18 ingredientes cada uno”, dice el propietario. Desde frutos secos de toda naturaleza, especias, a la imprescindible miel, presente en la mayoría de ellos. Frutos secos, miel, hojaldres crujientes, dátiles, sésamo… Un mar de sabores y olores que invade durante todo el mes sagrado a la ciudad. Porque el Ramadán es más que un largo viaje en el plano espiritual, este periodo de reflexión también invita a la percepción del mundo a través de la sentidos.
Deulce sabor de la relgion de paz y amor. Dulces para festejar los 6 asesinados en Burkina Fasso entre los cuales un cura (no de los curas rocieros sino de los que viven tan pobremente como sus coetaneos) y un enfermero, amen de tiendas y chozas calcinadas.
Si tuviesen algo de pudor y de decencia ....
Algun individuo primario dira que soy de Vox: no, no soy de Vox, porque este partido franquista retroalimenta el islamismo: los fascismos se juntant y comen juntos.
Solo desde la izquierda se puede combatir el separatismo y el islamismo, pero desgraciadamente a la izquierda no le gusta cariciar a contrapelo.
Pero en Ceuta esto es mucho pedir.