Tendríamos que remontarnos a hace varios años para observar una oleada de inmigrantes en la zona del Estrecho de Gibraltar como la que se produjo en la jornada de ayer.
Casi trescientos subsaharianos fueron rescatados por parte de los servicios de Salvamento Marítimo, salvo una de ellos en que intervino una patrullera de la Guardia Civil, justo la que hizo que un barco de Acciona Trasmediterránea que había salido de Ceuta con dirección a Algeciras quedara durante media hora vigilando la embarcación a la espera de la llegada del Servicio Marítimo de la Guardia Civil. Lo cierto es que la desesperación de estos subsaharianos por intentar llegar a Europa les hace jugarse la vida de una manera verdaderamente inhumana, pero no les importan, porque, en definitiva, es el objetivo que se marcaron en su día cuando salieron de su tierra. Destacar por otro lado la gran labor realizada por los miembros de Salvamento Marítimo en una jornada verdaderamente de esfuerzo sobrehumano. Y también la de los agentes del Servicio Marítimo de la Guaria Civil. La humanidad que demuestan todos ellos es digna de encomio.
dentes y por la falta de agentes que coordinen los embarques. Son las mismas quejas que incongruentemente se repiten cada año y que fuerzan a la administración a que adopte medidas urgentes. Si se sabe lo que va a suceder, ¿por qué no remediarlo antes?