En Ceuta cientos de niños pertenecientes a familias de distintas culturas comparten aula a diario. Garantizar esta bonita convivencia durante su crecimiento es lo que hace fundamental que aprendan a respetar otros credos y religiones.
Navila Abdelkader y Yolanda María García, profesoras de religión islámica y católica en el CEIP Mare Nostrum, están entregadas a esta causa y cada trimestre logran hacer coincidir currículos para realizar un proyecto en común. Para ellas el lema es: "Lo que es importante para el de al lado debe serlo para mí".
Esta semana han llevado a cabo su iniciativa más ambiciosa hasta el momento: trasladar al colegio entero para visitar la mezquita Muley el Mehdi y la iglesia Nuestra Señora de África para conocer mejor parte de la cultura e historia de la ciudad. También llevaron flores y donaron alimentos en sendos lugares sagrados.
Este miércoles fue el turno de los doscientos alumnos que copan los cursos de primero a cuarto de primaria. Para las docentes, cuenta Abdelkader que "ha sido una mañana muy bonita" en la que se han sorprendido con la atención a los detalles de sus alumnos.
"Más allá de la presencia o ausencia de imágenes o la orientación del rezo comparaban por ejemplo los olores de los templos, las flores, el incienso... y nos han trasladado su bienestar en ambos sitios", explica la profesora, satisfecha con la experiencia.
El próximo lunes será el turno de los mayores, los de sexto. Ellos fueron de algún modo la inspiración para este proyecto al realizar un trabajo sobre los templos (desde su arquitectura exterior hasta su contenido) cuyos resultados maravillaron a García y Abdelkader. "Queríamos que viesen en persona lo estudiado, pero nos dijimos que por qué no llevar al colegio entero", recuerda.
En esta ocasión acompañarán a los alumnos de infantil y quinto de primaria, a los que harán de guías para demostrar lo aprendido.
Compañeros que no serán desconocidos
La aventura a través de las religiones de Ceuta se quedará ahí. Próximamente las profesoras del Mare Nostrum han acordado visitar también el templo hindú y la sinagoga para "aprovecharla riqueza cultural" de la ciudad.
"En esta Ceuta donde últimamente parecemos una pareja a punto de separarse es más necesario que nunca conocerse los unos a los otros, es la herramienta más bonita de la educación", defiende Abdelkader, segura de que "siempre se ha vivido bien" en la ciudad.
Este tipo de proyectos, defiende, son "especialmente bonitos" porque consiguen hacer que los amigos y compañeros de estos niños "no van a ser en un futuro desconocidos".