Dos jóvenes detenidos en el Príncipe, acusados de integrar una célula preparada para atentar

Cuatro de la madrugada. Las calles del Príncipe Alfonso están completamente vacías. No se oye absolutamente nada. No hay gente en la calle.

Solo la presencia de la Policía Nacional rompe esta vez con la tónica habitual. Unidades de la UPR y de la UIP blindan los accesos a dos domicilios marcados. Uno en la calle San Daniel y otro en la calle Fuerte, de donde salieron los dos únicos detenidos en este operativo. En su interior, agentes de la Comisaría General de Información llegados de Madrid y efectivos de la Jefatura Superior de Ceuta registraban hasta el más mínimo detalle en el marco de esta nueva operación de lucha contra el terrorismo. No ha pasado más de mes y medio de la última incursión en la barriada. El CNP tiene materia para tirar del hilo en torno a la presencia de presuntos radicales, seguidores de las directrices de la organización terrorista DAESH. De hecho la operación llevada a cabo ayer en el corazón del Príncipe, que terminó pasadas las 11.30 horas, tiene relación con la desarrollada el pasado 24 de enero. El trabajo de campo que están llevando a cabo los agentes adscritos a la Jefatura Superior de Ceuta está detrás del fundamento de esta cadena de operativos. Según la información aportada por el Ministerio de Interior, con esta actuación la Policía Nacional ha conseguido “neutralizar” una “célula yihadista que estaba plenamente preparada para atentar”, explicó el Ministerio en un comunicado oficial. “Lo importante era quitarlos de en medio ya”, apuraba a El Faro una fuente policial. Se refería a los dos jóvenes sacados, esposados, de sus respectivos domicilios rodeados de agentes que ocultaban sus rostros con pasamontañas y cargaban cajas en las que guardaban lo decomisado. No se tiene constancia, aunque las buscaron afanosamente, del decomiso de armas. Furgones de la UIP y unidades de la UPR se encargaban de materializar la línea perimetral que impedía el acceso a todas aquellas personas que pretendían pasar por las cercanías de las viviendas que estaban registrándose. “No se puede pasar, busque otras calles paralelas pero por aquí”. Era la frase que repetía una y otra vez el agente de turno de la UIP que pretendía pasar por delante de la casa del vecino de la calle San Daniel en la que se estaba trabajando. Pasaban las 4.30 horas y asomaba alguna que otra madre a comprar pan, repartidores y hombres que manifestaban su intención de cruzar por la zona porque tenían que acercarse al Tarajal a cargar mercancía. A nadie se le permitía pasar por delante de la vivienda hasta que terminaron los registros en torno a las 6.00 horas. La salida del detenido coincidía con el rezo. Mientras la Policía abandonaba en una hilera de vehículos la calle San Daniel en dirección al Polifuncional, se escuchaba la llamada al rezo en toda la zona. Una coincidencia sobre la que pesaba, para algunos de los presentes, cierto significado. Desde la marcha de decenas de ceutíes al conflicto sirio y tras la confirmación de la muerte de varios de ellos, han sido precisamente los imames de las distintas mezquitas los encargados, en sus sermones, de dirigir mensajes a la juventud (la de más fácil captación) para que no se dejen seducir por una errónea interpretación de la religión. Mientras el detenido era apartado de la zona, la Policía seguía trabajando en otra vivienda de la calle Fuerte, ubicada frente al antiguo fortín que sirvió de puesto de control para la Guardia Civil. En este punto la Policía tuvo mucho más trabajo. No abandonó los registros hasta casi las 11.00 horas. Registros que se centraron no solo en la vivienda del segundo de los detenidos, sino también en una especie de almacén-garaje y en las proximidades. Un registro exhaustivo, hasta el punto de que se utilizaron guías caninos especializados en la detección de explosivos, se emplearon mazas, morteros y palas para, directamente, cavar huecos y se utilizó un detector ante la sospecha de que pudiera haber armas en la zona. Era aún de noche y los policías se coordinaban, con ayuda de linternas, en un registro al detalle de la zona. Se registraba no solo el interior de ese chabolo sino cualquier resquicio cercano. Entre matorrales, debajo de bloques de ladrillos, entre paredes, cavando tierra, detrás de zonas sobre las que se sospechaba que pudiera haber cualquier tipo de metal escondido. No ha trascendido que se haya encontrado material, aunque se buscó a conciencia. El Ministerio de Interior engarza la detención de estas dos personas con la operación del pasado 24 de enero que se saldó con cuatro detenciones, quedando solo una de estas personas en libertad con cargos al considerarse que presentaba una discapacidad. A ojos del Ministerio, con las detenciones de ayer, se considera que el grupo desmantelado, plenamente operativo, estaba integrado por “personas ya radicalizadas y concienciadas para la ejecución de atentados tanto en España como en el resto de Europa”, explica en una nota. Todos los detenidos, tanto los de ayer como los de enero, formaban “parte activa de la misma célula y actuaban siguiendo las directrices impartidas por el líder de la organización terrorista yihadista de referencia, DAESH, a través de una poderosa y agresivacampaña de comunicación y difusión mediática en las redes sociales y páginas yihadistas de Internet”, añade. Esta operación se ha llevado a cabo bajo la supervisión y coordinación de la Fiscalía, pasando detenidos y efectos a disposición del titular del Juzgado Central de Instrucción Número 5 de la Audiencia Nacional.

DETALLES

Grabación de todos los detalles para control judicial Se aprecia el momento en el que la Policía saca de la vivienda registrada en la calle Fuerte a uno de los dos detenidos. Todas las actuaciones policiales se estaban grabando para que quede constancia judicial de cada una de las acciones llevadas a cabo. Los registros se hicieron en presencia del detenido. Duró más de cuatro horas y éste fue el más complicado de los dos, ya que se analizó al detalle tanto la vivienda como un almacén-garaje ubicado justo al lado. Agentes de la UIP y de la UPR estaban de apoyo controlando el perímetro y la zona cercana a la vivienda mientras que los operativos de Información de Madrid y de Ceuta llevaban a cabo el arresto y registros.

Momento en el que sale, de su vivienda de la calle San Daniel, otro de los detenidos, justo en el momento en que se llamaba al rezo Se aprecia el momento en el que la Policía saca a uno de los dos detenidos. Al igual que sucede con todas las operaciones, se grabó todos los pasos. Su salida coincidió con la llamada al rezo de las 6.00 horas. Se le introdujo en uno de los vehículos policiales y se le tuvo en su interior hasta las 11.00 horas aproximadamente, sin salir del Príncipe. El motivo era que se quería organizar la salida de los dos arrestados a la vez, así que cuando terminó el otro registro, el de la calle Fuerte, toda la caravana policial, con los dos presuntos radicales esposados, se trasladó hasta el helipuerto civil para su posterior traslado a Málaga y, de ahí, a Madrid para que en las próximas horas sean puestos a disposición de la Audiencia Nacional. Mientras se procedía a este traslado el acceso a la calle estaba cortado.